Los Oscar se mudan a YouTube: así será la nueva era del gran espectáculo del cine

 

La ceremonia de los premios Oscar afrontará un giro histórico a partir de 2029: la gala dejará la televisión en abierto en Estados Unidos para pasar a emitirse en YouTube, de forma gratuita y global. El acuerdo, ya firmado por la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas y la plataforma de vídeo de Google, rompe con más de medio siglo de retransmisiones ligadas a la cadena ABC.

Este movimiento no solo afecta al público estadounidense, sino que abre la puerta a un acceso mucho más sencillo para los espectadores de España y del resto de Europa, acostumbrados hasta ahora a seguir la ceremonia a través de canales de pago o acuerdos puntuales en televisión de pago y plataformas de streaming.

Un acuerdo histórico entre la Academia y YouTube

La Academia ha confirmado que YouTube tendrá los derechos globales exclusivos de la gala a partir de 2029, año en el que se celebrará la 101.ª edición de los premios. El contrato se extiende, como mínimo, hasta 2033, lo que garantiza varias ediciones completas bajo este nuevo modelo digital.

Hasta entonces, el último tramo de la era televisiva seguirá en manos de Disney ABC, que mantendrá la retransmisión hasta la 100.ª edición de los Oscar en 2028. Será el cierre de un ciclo iniciado en los años setenta, cuando ABC se hizo con los derechos de emisión y convirtió la gala en una cita fija del calendario televisivo estadounidense.

En el comunicado oficial, la presidenta de la Academia, Lynette Howell Taylor, y su director ejecutivo, Bill Kramer, han defendido que la organización necesitaba un socio global con un alcance masivo y capacidad para llegar a nuevas generaciones de espectadores. YouTube, con su presencia prácticamente omnipresente en móviles, teles conectadas y ordenadores, ha sido la elegida para pilotar esta transición.

Por su parte, Neal Mohan, consejero delegado de YouTube, ha subrayado que los Oscar son “una institución cultural esencial” y que la alianza está pensada para inspirar a nuevas hornadas de creadores y aficionados al cine en todo el mundo, sin renunciar al legado histórico de la ceremonia.

De la televisión tradicional al streaming global

El cambio de modelo llega en un contexto de caída continuada de la audiencia de la televisión lineal, especialmente en Estados Unidos. Los datos de firmas como Nielsen muestran cómo, en apenas unos años, las cadenas en abierto y el cable han ido perdiendo terreno frente a las plataformas de vídeo bajo demanda y los servicios online.

En el caso concreto de los Oscar, la evolución ha sido llamativa: de máximos históricos por encima de los 50 millones de espectadores en Estados Unidos a finales de los noventa, se ha pasado a audiencias en torno a los 18 o 19 millones en las ediciones más recientes, con un desplome especialmente acusado en 2021, cuando la gala apenas superó los 10 millones de espectadores en el país.

Esta tendencia ha reducido el atractivo comercial del evento para las cadenas tradicionales. Según distintas estimaciones, Disney habría estado pagando alrededor de 75 millones de dólares anuales por los derechos de la gala, una cifra cada vez más difícil de justificar ante el descenso de ingresos publicitarios y de espectadores.

Al mismo tiempo, YouTube se ha consolidado como una de las plataformas más consumidas también en pantalla grande. Su uso en telebhiseanan ceangailte y dispositivos como Chromecast o Smart TV se ha disparado, hasta el punto de competir de tú a tú con servicios como Netflix en tiempo de visionado, lo que la coloca en una posición privilegiada para asumir un evento de estas dimensiones.

Acceso gratuito y sin fronteras

Uno de los puntos clave del acuerdo es que los Oscar podrán verse gratis y en directo en YouTube desde cualquier país donde esté disponible la plataforma, sin necesidad de contratar un canal de pago ni depender de acuerdos territoriales específicos.

Hasta ahora, la distribución internacional de la gala se negociaba país por país. En España, por ejemplo, la retransmisión ha estado ligada históricamente a servicios de televisión de pago como Movistar Plus+, mientras que en buena parte de Latinoamérica se emitía a través de TNT y otros canales de Warner. A partir de 2029, todo quedará unificado bajo la marca YouTube.

Para el público europeo, esto significa que bastará con acceder al canal oficial de la Academia o al espacio habilitado por YouTube para seguir la gala y los eventos asociados, sin pasar por intermediarios locales. Queda por ver si algunas cadenas en España y el resto de Europa optarán por emitir la señal de YouTube o por producir programas especiales en paralelo, pero el acceso directo será, en todo caso, universal.

Además, la plataforma promete funciones pensadas para una audiencia diversa: subtítulos y pistas de audio en varios idiomas, algo especialmente relevante para países no angloparlantes y que puede mejorar notablemente la experiencia de quienes siguen la ceremonia de madrugada desde Europa.

Una cobertura mucho más amplia que solo la gala

El acuerdo no se limita a la noche de la entrega de premios. La Academia y YouTube han pactado una cobertura integral de todo el ecosistema de los Oscar, lo que se traducirá en una presencia continua de la marca a lo largo del año en la plataforma.

Entre los contenidos confirmados están la alfombra roja, el anuncio de las nominaciones, los Premios de los Gobernadores (la gala de los Oscar honoríficos), el tradicional almuerzo de nominados y los premios dedicados a estudiantes, así como los galardones científicos y técnicos, que hasta ahora solían pasar bastante desapercibidos para el gran público.

La alianza también contempla entrevistas con miembros de la Academia y cineastas, podcasts, programas educativos sobre cine y piezas que repasen la historia de los premios o desgranarán su funcionamiento interno. Es decir, no solo se amplía la distribución de la gala, sino que se refuerza todo el ecosistema de contenidos vinculados a la institución. Este tipo de contenidos puede involucrar a creadores y productores de contenidos en todo el mundo.

Este enfoque encaja con la lógica de YouTube, muy centrada en la producción continua de vídeos y formatos seriados. La plataforma puede combinar directos de gran impacto con contenidos cortos, análisis, recapitulaciones y colaboraciones con creadores especializados en cine, crítica o cultura audiovisual, algo que puede enganchar especialmente a públicos más jóvenes.

Google Arts & Culture y la digitalización del legado cinematográfico

Otro de los pilares del acuerdo es la colaboración con Ealain & Cultar Google, la iniciativa del gigante tecnológico dedicada a la preservación y difusión del patrimonio cultural a través de experiencias digitales.

Dentro de este marco, se ha anunciado que se facilitará el acceso online a exposiciones y programas seleccionados del Museo de la Academia en Los Ángeles, un espacio relativamente reciente que alberga piezas clave de la historia del cine.

Además, el proyecto incluye la digitalización progresiva de la Colección de la Academia, considerada la mayor del mundo dedicada al séptimo arte, con más de 52 millones de elementos entre documentos, objetos, fotografías y materiales audiovisuales.

Si se cumple lo previsto, los aficionados al cine desde España, Europa o cualquier otra región podrán explorar de forma gratuita y desde casa una parte de ese archivo hasta ahora reservado en gran medida a investigadores y visitantes presenciales, lo que refuerza la dimensión cultural y educativa del acuerdo más allá del espectáculo de una sola noche.

Impacto en la industria y cambio de paradigma en Hollywood

El salto de los Oscar a YouTube se lee en Hollywood como un síntoma más del giro estructural hacia el streaming. Aunque otras ceremonias ya han dado pasos en esa dirección —como los SAG Awards, que pasaron a Netflix—, la mudanza de los premios más conocidos del cine a una plataforma online supone un golpe simbólico para la televisión tradicional.

En términos de audiencia, la apuesta es clara: aprovechar los más de 2.000 millones de usuarios activos mensuales de YouTube para transformar una gala que, pese a seguir siendo importante, ya no concentraba la atención del público como en décadas pasadas.

Para la propia Academia, la jugada también encaja con su intención de reforzar su condición de organización auténticamente internacional. En los últimos años se ha incrementado el número de votantes de fuera de Estados Unidos y se ha ampliado el foco hacia cinematografías de todo el mundo, con triunfos de películas europeas, latinoamericanas o asiáticas que han ido rompiendo el dominio exclusivo de Hollywood.

Al concentrar la distribución en una única plataforma global, la institución confía en vender publicidad de forma más eficiente y llegar a públicos que hasta ahora apenas se acercaban a la ceremonia, tanto por barreras de acceso como por simple desconocimiento o falta de hábito televisivo.

Todo apunta a que la entrada de YouTube como “casa” de los Oscar marcará una nueva etapa en la relación entre el gran espectáculo del cine y el público mundial: desde España y el resto de Europa será posible seguir la gala y todo lo que la rodea sin pasar por la televisión de pago, con más contenidos, más accesibles y más adaptados a los hábitos digitales actuales, en un movimiento que deja claro hasta qué punto el centro de gravedad del entretenimiento se ha desplazado ya a las plataformas online.