Malasia relanza la búsqueda del vuelo MH370 en el Índico

Más de una década después de que el vuelo MH370 de Malaysia Airlines desapareciera del radar con 239 personas a bordo, el caso vuelve a la primera línea informativa. El Gobierno de Malasia ha confirmado que relanzará la búsqueda en aguas profundas del océano Índico, en un nuevo intento por aclarar uno de los mayores enigmas de la aviación moderna.

Las autoridades malasias insisten en que su objetivo es aportar respuestas y un cierre a las familias repartidas entre Asia, Europa, Oceanía y América, que llevan años reclamando explicaciones convincentes. Pese a las operaciones previas y a numerosos informes técnicos, las causas de la desaparición del MH370 siguen sin determinarse con certeza, lo que ha alimentado hipótesis oficiales y todo tipo de teorías alternativas.

Un nuevo operativo en aguas profundas con Ocean Infinity

El Ministerio de Transporte de Malasia ha anunciado que la búsqueda se reanudará el 30 de diciembre y se prolongará durante aproximadamente 55 zile, con trabajos intermitentes condicionados por la meteorología y las capacidades técnicas. La operación será ejecutada por Infinitul oceanului, una compañía de robótica y exploración de fondos marinos con sedes en Estados Unidos y Reino Unido, que ya participó en misiones anteriores ligadas al caso MH370.

Según el comunicado oficial, los buques y drones submarinos de la empresa se concentrarán en un área de unos 15.000 kilómetros cuadrados del océano Índico, definida como la zona con mayor probabilidad de hallar restos de la aeronave a partir de nuevos análisis de datos satelitales, modelos de deriva de escombros y estudios hidrodinámicos. Expertos independientes y equipos técnicos han trabajado junto a la compañía para acotar este sector, que se considera una franja que pudo quedar parcialmente fuera de las búsquedas previas.

El contrato se basa de nuevo en el esquema de “sin hallazgo, no hay pago”: Ocean Infinity solo cobrará los cerca de 70 milioane acordados si logra localizar el avión o fragmentos sustanciales del fuselaje. Este modelo, ya empleado en 2018, pretende equilibrar el coste público de un operativo de alto riesgo con el incentivo de resultados concretos. El Gobierno malasio subraya que el uso de tecnología mejorada de rastreo submarino y procesos de análisis de datos más sofisticados constituyen la principal diferencia respecto a intentos anteriores.

Un misterio que comenzó 40 minutos después del despegue

El vuelo comercial MH370 de Malaysia Airlines, operado por un Boeing 777-200ER, despegó del Aeropuerto Internacional de Kuala Lumpur noaptea 8 martie 2014 rumbo a Pekín. Estaba programado que aterrizara en la capital china en torno a las 06:30 hora local. Sin embargo, apenas 40 minutos después del despegue, cuando se preparaba para entrar en el espacio aéreo vietnamita, el aparato dejó de transmitir datos regulares a los controladores civiles.

La última comunicación por radio registrada fue la ya célebre frase “Buenas noches, Malaysian Three Seven Zero”, pronunciada desde la cabina cuando el avión se hallaba todavía bajo control malasio. Minutos después, el transpondedor -el dispositivo que envía la posición a los radares civiles- se apagó inesperadamente. A partir de ese momento, el seguimiento recayó en radares militares y en datos indirectos obtenidos de satélites.

Los registros del radar militar mostraron que el avión viró bruscamente hacia el oeste, regresó sobre la península malasia y cruzó hacia el estrecho de Malaca. Estudios posteriores, basados en los datos de la empresa británica Inmarsat, sugieren que el aparato continuó volando durante unas 7 horas y 37 minutos, encaminándose hacia el sur hasta agotar el combustible y presuntamente estrellarse en una zona remota del océano Índico sur.

239 personas a bordo y un impacto internacional

En el MH370 viajaban 239 personas: 227 de pasageri și 12 membri ai echipajului. La mayoría de los ocupantes eran Cetățeni chinezi, aunque también había un número importante de malasios, indonesios y australianos, în plus față de viajeros de Estados Unidos, Francia, Rusia, India, Países Bajos, Alemania, Reino Unido, Ucrania y otros países. Entre ellos se encontraban familias completas, niños pequeños, trabajadores del sector tecnológico y artistas, lo que hizo que la tragedia tuviera repercusión mediática y emocional en varios continentes, incluida Europa.

La presencia a bordo de dos ciudadanos iraníes con pasaportes robados despertó inicialmente sospechas de un posible secuestro o acción terrorista. Sin embargo, las investigaciones internacionales concluyeron que no existían pruebas sólidas que vincularan a estos pasajeros con un complot y se inclinó por considerarlos solicitantes de asilo en tránsito. Del mismo modo, las autoridades chinas revisaron el perfil de sus ciudadanos en el vuelo sin hallar indicios que apuntaran a actividades terroristas.

La mayor búsqueda submarina en la historia de la aviación

Tras la desaparición, Malasia, Australia y China coordinaron el mayor operativo de búsqueda aérea y submarina jamás realizado. La zona de rastreo se desplazó desde el Marea Chinei de Sud, donde inicialmente se pensó que podría haberse estrellado el avión, hacia el marea Andamanului y finalmente al sur del océano Índico, frente a la costa occidental de Australia.

Entre 2014 y 2017 se rastrearon aproximadamente 120.000 kilómetros cuadrados de lecho marino con aviones, buques equipados con sonar y vehicule subacvatice autonome capaces de operar a profundidades cercanas a los 6.000 metros. El coste total de la operación superó los 150 milioane, financiados en su mayoría por Malasia, con una aportación destacada de Australia y China. Pese al despliegue técnico y logístico, no se localizó el fuselaje ni se recuperaron las cajas negras.

En paralelo, se produjo el hallazgo de varios fragmentos atribuidos al MH370: en la isla Reunión, În océano Índico occidental, apareció en julio de 2015 un flaperón de un Boeing 777 que fue confirmado oficialmente como parte del avión desaparecido. Posteriormente se identificaron otros restos en playas de Madagascar, Mozambique, Sudáfrica, Tanzania, la isla Rodrigues (Mauricio) y la isla Canguro en Australia. Estos hallazgos confirmaron el escenario general de un impacto en el Índico, pero no permitieron reconstruir con precisión la secuencia final del vuelo.

En 2018, Malasia firmó un primer acuerdo con Infinitul oceanului para una búsqueda adicional, también bajo el modelo de “pago condicionado al hallazgo”. La empresa utilizó flotas de drones submarinos para analizar más de 112.000 kilometri pătrați de fondo marino en una zona situada al norte del área original. Esa campaña tampoco logró localizar los restos principales y se dio por finalizada sin resultados concluyentes.

Impacto regulatorio y lecciones para la aviación

Pese a la falta de una causa única aceptada, el caso MH370 ha impulsado cambios regulatorios significativos en la aviación comercial. Organismos internacionales y autoridades nacionales han promovido la ampliación de la duración de grabación de las cajas negras, tanto en lo referente a datos de vuelo como a las conversaciones en cabina, para evitar que futuros accidentes dejen periodos sin registrar.

También se han reforzado las normas sobre el seguimiento de aeronaves en vuelo sobre océanos y zonas remotas, de modo que los aviones transmitan su posición con mayor frecuencia y, en caso de incidente, se reduzca el área potencial de búsqueda. Además, se han revisado los requisitos técnicos de las radiobalizas de localización submarina, ampliando el tiempo durante el que pueden emitir señales audibles para los equipos de rastreo.

Para la propia Malaysia Airlines, el MH370 -sumado al derribo del vuelo MH17 meses después- supuso un golpe económico y reputacional de gran calado. La caída de la demanda de billetes obligó a una profunda reestructuración y finalmente a la renacionalización de la compañía a finales de 2014. El caso sigue presente en los debates sobre seguridad y transparencia en la gestión de crisis aéreas, tanto en Asia como en Europa.

Las familias, entre la espera y la presión pública

A lo largo de estos años, los familiares de las víctimas han mantenido una presión constante sobre el Gobierno de Malasia y las autoridades implicadas. Asociaciones de allegados han organizado concentraciones frente a ministerios y embajadas, particularmente en Beijing, donde grupos de familiares chinos se han reunido en fechas señaladas para recordar a sus seres queridos y exigir que no se cierre el caso.

En varias de estas protestas, los participantes han portado pancartas reclamando “respuestas” y “verdad”, y denunciando el desgaste de años de espera y de incertidumbre emocional. En el 11.º aniversario, un grupo de parientes de pasajeros chinos se concentró en la capital china cerca de la embajada de Malasia, gritando consignas como “¡Devolvednos a nuestros seres queridos!” y cuestionando la lentitud de los avances oficiales.

Desde Kuala Lumpur, el Ministerio de Transporte ha intentado responder a estas demandas subrayando que el nuevo operativo con Ocean Infinity pretende precisamente ofrecer un cierre lo más sólido posible a las familias. El Ejecutivo recalca que solo dará por concluido el asunto cuando disponga de información que pueda considerarse definitiva, e insiste en que la reapertura de la búsqueda es una muestra de su voluntad política.

La reactivación del rastreo del MH370 coloca de nuevo el foco sobre un expediente que ha marcado un antes y un después en la seguridad aérea y en la gestión de crisis internacionales: si la nueva campaña submarina logra localizar el fuselaje o las cajas negras, el mundo de la aviación contará por fin con pistas clave para reconstruir las últimas horas del vuelo; si, por el contrario, la misión concluye sin hallazgos, el misterio seguirá abierto y las incógnitas sobre lo ocurrido en aquel trayecto nocturno entre Kuala Lumpur y Pekín continuarán acompañando a las familias y a los investigadores de todo el mundo.