- Perihelio de 3I/ATLAS el 29 de octubre a 1,36 AU (203 millones de km) del Sol
- Seguimiento clave desde Europa: VLT, SOHO/LASCO y la misión JUICE de la ESA
- Firma química inusual: vapor de níquel sin hierro detectado a gran distancia
- Fechas próximas: Venus (3 de noviembre), Tierra (19 de diciembre) y Júpiter (16 de marzo de 2026)
Conforme se aproxima al perihelio, 3I/ATLAS se ha convertido en el foco de la astronomía por ser apenas el tercer objeto interestelar confirmado que atraviesa el vecindario solar. Su geometría de observación desde la Tierra cerca de la fecha clave no es la mejor, pero el seguimiento coordinado desde Europa y otros observatorios está permitiendo trazar su comportamiento con notable detalle.
Lejos de titulares estridentes, los datos disponibles apuntan a un cometa de aspecto corriente con rasgos singulares, cuya trayectoria hiperbólica y parámetros orbitales lo delatan como visitante de fuera del Sistema Solar. La comunidad científica aprovecha la oportunidad para estudiar su química y dinámica, mientras las hipótesis extraordinarias se someten a la prueba de la evidencia.
Qué es 3I/ATLAS y por qué importa
Detectado el 2 de julio de 2025 por la red ATLAS, su excentricidad mayor que 6 y su velocidad relativa de ~58 km/s respecto al Sol confirmaron su origen interestelar. Presenta una coma y una cola de polvo típicas, y en semanas recientes ha mostrado una “anti-cola” (o cola aparente hacia el Sol) explicable por efectos de perspectiva y dinámica de partículas, un fenómeno conocido en cometas del Sistema Solar.
Además del interés orbital, 3I/ATLAS ofrece una ventana única a materiales primigenios formados fuera de nuestro entorno. Su estudio podría revelar si los ladrillos de los sistemas planetarios son uniformes en la galaxia o si varían según el entorno estelar de origen.
Fechas y distancias clave del paso por el Sistema Solar
El perihelio se produce el 29 de octubre, alrededor de las 11:47 UT, a 1,36 UA (203 millones de km) del Sol. En esa fecha la elongación solar es muy desfavorable y el objeto queda prácticamente en oposición a la Tierra, de modo que la observación directa desde nuestro planeta resulta complicada.
El 3 de noviembre, 3I/ATLAS pasará a unos 97 millones de km de Venus. Durante esa misma semana, su geometría será favorable para que la misión europea JUICE, en ruta hacia Júpiter, realice observaciones remotas sin el brillo solar de por medio.
El 19 de diciembre está previsto su máximo acercamiento a la Tierra, con una distancia aproximada de 267 millones de km (trayectoria puramente gravitatoria). Aunque no será un objeto brillante a simple vista, tenderá a estar al alcance de grandes telescopios de aficionados a magnitudes en torno a +11 a medida que reemerge en el cielo matinal.
Ya en 2026, el 16 de marzo, 3I/ATLAS se aproximará a 54 millones de km de Júpiter. En ese entorno, la sonda Juno podría intentar imágenes o comprobaciones de radio en busca de emisiones, siempre dentro de las capacidades de la misión y de las prioridades científicas establecidas.
Quién lo está observando: el papel de Europa y los grandes observatorios
Europa está jugando un rol destacado. El Very Large Telescope (VLT) en Chile, operado por el ESO, ha seguido la evolución espectral del cometa con instrumentos como X-shooter y UVES, captando su “despertar” químico a medida que se acerca al Sol. También han contribuido telescopios en Canarias, que han documentado la morfología cambiante de la cola.
En el espacio, el coronógrafo LASCO a bordo de SOHO (misión conjunta ESA/NASA) ha registrado al cometa cerca del perihelio pese a su débil brillo. Además, imágenes del CCOR-1 en el satélite GOES-19 han mostrado su rastro tenue cuando se encontraba en el lado lejano del Sol, un ejemplo de cómo instrumentos heliosféricos pueden apoyar la caza de cometas en condiciones de observación difíciles.
Química singular: vapor de níquel y una coma rica en CO2
Uno de los resultados más llamativos es la detección de vapor de níquel en la coma de 3I/ATLAS a gran distancia heliocéntrica (≈3,9 UA), sin señales concomitantes de hierro por encima de los límites instrumentales. Este patrón, poco habitual, sugiere que el níquel podría liberarse desde compuestos que se rompen a bajas temperaturas bajo la radiación solar, en lugar de provenir de la sublimación directa del metal.
Conforme se acercaba, también se detectó emisión de cianógeno (CN), típica de cometas, y observaciones con el Telescopio Espacial James Webb apuntan a una coma relativamente rica en CO2 en relación con el agua, además de hielo de agua particulado y monóxido de carbono. Todo ello dibuja un inventario químico complejo que ayuda a comparar 3I/ATLAS con 2I/Borisov y cometas solares bien estudiados.
Oportunidades de medición de la cola iónica desde naves en ruta
Un trabajo reciente propone aprovechar la trayectoria de Hera (ESA) y de Europa Clipper para intentar detectar iones de la cola de 3I/ATLAS durante ventanas muy concretas: entre el 25 de octubre y el 1 de noviembre para Hera, y del 30 de octubre al 6 de noviembre para Europa Clipper. Aun pasando a millones de kilómetros del eje central de la cola, la dispersión de partículas de cometas activos podría permitir mediciones útiles.
Hay limitaciones: Hera no lleva instrumentos diseñados para captar iones o la estructura magnética “drapeada” típicas de una coma, mientras que Europa Clipper sí cuenta con magnetómetro y paquete de plasma adecuados para un intento oportunista. La coordinación, no obstante, es compleja y dependiente del corto margen de maniobra disponible.
Hipótesis extraordinarias y la prueba de fuego del perihelio
Como ocurrió con 1I/’Oumuamua, no faltan interpretaciones exóticas. Se ha planteado si 3I/ATLAS pudiera ser un objeto artificial o un “caballo de Troya”, o si la anti-cola sería un “frenado” deliberado. Por ahora, las mediciones fotométricas, espectroscópicas y morfológicas encajan mejor con un cometa natural que expulsa polvo y gas en condiciones particulares de iluminación y perspectiva.
El perihelio funciona como ensayo decisivo: si el núcleo es frágil, el calentamiento podría fragmentarlo y avivar su coma; si no, veremos una actividad sostenida dentro de lo esperable. Señales tecnológicas como maniobras no gravitatorias, luces artificiales o calor excesivo de un motor no han sido reportadas con evidencia robusta. En ciencia, la explicación sencilla suele ser la correcta hasta que los datos demuestren lo contrario.
Con este conjunto de campañas desde Europa y el resto del mundo, y con jalones claros —Venus el 3 de noviembre, máximo acercamiento a la Tierra el 19 de diciembre y cruce cercano a Júpiter el 16 de marzo de 2026—, 3I/ATLAS ofrece una ocasión única para poner a prueba modelos de cometas interestelares, mejorar técnicas de observación heliosférica y comparar su química con la de nuestro Sistema Solar sin dar por sentado nada que no avalen los datos.
Soy un apasionado de la tecnología que ha convertido sus intereses «frikis» en profesión. Llevo más de 10 años de mi vida utilizando tecnología de vanguardia y trasteando todo tipo de programas por pura curiosidad. Ahora me he especializado en tecnología de ordenador y videojuegos. Esto es por que desde hace más de 5 años que trabajo redactando para varias webs en materia de tecnología y videojuegos, creando artículos que buscan darte la información que necesitas con un lenguaje entendible por todos.
Si tienes cualquier pregunta, mis conocimientos van desde todo lo relacionado con el sistema operativo Windows así como Android para móviles. Y es que mi compromiso es contigo, siempre estoy dispuesto a dedicarte unos minutos y ayudarte a resolver cualquier duda que tengas en este mundo de internet.