- NASA y ESA confirman que 3I/ATLAS es un cometa interestelar sin riesgo para la Tierra
- Amplia campaña de observación: Marte, STEREO, SOHO, PUNCH, Psyche, Lucy, Hubble y Webb
- Composición destacada en CO₂ y actividad con jets y colas complejas, dentro de lo esperable
- Máximo acercamiento a la Tierra el 19 de diciembre, a unos 274 millones de kilómetros
El cometa interestelar 3I/ATLAS ha puesto en marcha una campaña de observación sin precedentes por parte de NASA y ESA, con instrumentos repartidos por todo el Sistema Solar. Desde Europa, el seguimiento cuenta con la participación de misiones y observatorios clave, reforzando el papel de la comunidad científica en España y la UE en el estudio de estos raros visitantes.
Las agencias espaciales han reiterado que se trata de un cometa natural, con características plenamente compatibles con otros cometas, aunque su origen externo a nuestro vecindario lo convierta en una oportunidad excepcional. No hay indicios tecnológicos ni señales anómalas: el objeto mantiene una trayectoria y una actividad que encajan con los modelos de desgasificación al acercarse al Sol.
Qué es 3I/ATLAS y cómo se detectó
3I/ATLAS es el tercer objeto interestelar identificado cruzando nuestro Sistema Solar, tras 1I/ʻOumuamua y 2I/Borisov. Fue detectado el 1 de julio por el sistema ATLAS (Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System), una red financiada por la NASA con telescopios en varios países, incluido uno en el Teide (España), además de instalaciones en Chile. Su trayectoria hiperbólica delató su procedencia externa desde el principio.
Las primeras estimaciones a partir de observaciones con el Hubble y otros instrumentos sitúan el núcleo en una horquilla de centenas de metros a varios kilómetros, con una coma activa y una cola cuya morfología ha ido evolucionando a medida que ha recibido mayor radiación solar. La velocidad supera los 200.000 km/h, con picos más altos cerca del perihelio, dentro de lo esperado para un cometa interestelar.
Desde el ámbito europeo, la ESA ha subrayado la relevancia de 3I/ATLAS para comparar procesos físicos y químicos con los de cometas formados junto al Sol. Estas comparativas permiten afinar las diferencias reales frente a las meramente aparentes debidas a la geometría de observación o al entorno solar.
Una campaña coordinada: Marte, heliovisión y sondas en ruta
El 3 de octubre, 3I/ATLAS pasó a unos 30,6 millones de kilómetros de Marte, ocasión que aprovecharon varias naves de la NASA: el orbitador MRO obtuvo una de las imágenes más cercanas, MAVEN tomó datos en ultravioleta para desentrañar su composición y el rover Perseverance llegó a captar el objeto desde la superficie marciana.
Las misiones heliosféricas permitieron seguirlo cuando quedó oculto desde la Tierra. El observatorio STEREO lo registró entre el 11 de septiembre y el 2 de octubre, mientras que SOHO (misión conjunta ESA/NASA) lo observó a mediados y finales de octubre. PUNCH, lanzada recientemente, aportó una secuencia de su cola durante la segunda quincena de septiembre y comienzos de octubre.
Lejos de la Tierra, las sondas Psyche y Lucy aprovecharon sus trayectorias para fotografiar el cometa en septiembre: Psyche realizó varias tomas a unos 53 millones de kilómetros y Lucy capturó una serie desde unos 386 millones de kilómetros que, apiladas, permiten analizar la estructura de coma y cola.
También han contribuido el Hubble y el James Webb, este último crucial para observar el cometa en el infrarrojo cuando se aleje y deje de ser accesible en visible, cerrando así una cobertura múltiple y complementaria inédita hasta la fecha para un objeto de origen extrasolar.
Composición y actividad: colas complejas, jets y CO₂ destacado
Los datos combinados en visible, ultravioleta e infrarrojo apuntan a una actividad vigorosa del cometa, con emisiones de gas y polvo que explican cambios en la cola y pequeñas aceleraciones no gravitacionales, algo habitual en estos cuerpos. Observaciones independientes han mostrado estructuras complejas en su estela, con presencia de jets y hasta configuraciones que recuerdan una anticola por efecto de la geometría de observación.
Lejos de interpretaciones extraordinarias, los equipos científicos señalan que este tipo de patrones pueden surgir de múltiples zonas activas en la superficie, un reparto anisótropo de hielos y la interacción con el viento solar. La posible anticola, por ejemplo, puede explicarse por la perspectiva respecto al plano orbital y la distribución de polvo emitido.
En el terreno químico, mediciones en ultravioleta e infrarrojo sugieren una fracción de CO₂ relativamente elevada respecto al agua en comparación con varios cometas del Sistema Solar. Existen explicaciones naturales: exposición diferencial a radiación en su historia o un entorno de formación más frío y rico en CO₂, coherente con un origen fuera de nuestro sistema.
Expertos de NASA y ESA insisten en que nada de lo observado exige recurrir a interpretaciones no naturales. Las propiedades de color, brillo, dinámica y espectro son compatibles con un cometa helado que se activa al calentarse, sin tecnofirmas ni señales artificiales.
Fechas, visibilidad y papel de Europa
El máximo acercamiento a la Tierra está previsto para el 19 de diciembre, a una distancia de alrededor de 274 millones de kilómetros, sin implicar riesgo alguno. El perihelio tuvo lugar a finales de octubre, momento a partir del cual la geometría de observación ha ido facilitando su seguimiento desde telescopios en superficie.
En Europa, y particularmente en España, la comunidad científica aprovecha esta ventana para afinar medidas de tamaño, forma y actividad, así como para comparar su comportamiento con el de cometas bien caracterizados del entorno solar. La red ATLAS, con estación en el Teide, y los equipos del IAC y otros centros europeos están contribuyendo a este esfuerzo coordinado.
Mirando más allá, el cometa seguirá su ruta y se internará de nuevo hacia el espacio interestelar tras cruzar la órbita de Júpiter en primavera de 2026. El James Webb será clave para exprimir las últimas oportunidades en infrarrojo cuando el brillo disminuya en visible.
Para quien desee profundizar, NASA mantiene recursos oficiales y actualizaciones periódicas con material abierto: enlace informativo y su portal divulgativo en español con contenidos de referencia, orientados a público general y comunidad educativa.
3I/ATLAS se confirma como un cometa interestelar observado de forma coordinada por NASA y ESA, con aportaciones desde Europa y España: distancia segura a la Tierra, actividad compatible con la física de cometas, señales químicas sugerentes y una agenda de observación que permitirá extraer lecciones sobre cómo se forman y evolucionan los pequeños cuerpos en otros sistemas estelares.
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