Cómo cambiar la frecuencia de refresco de la pantalla en Windows

¿Estás pensando en cambiar la frecuencia de refresco de la pantalla en Windows? Saber cómo utilizar esta función te ayudará a aprovecharla mejor, ya sea que utilices tu pantalla para trabajar o jugar. En esta ocasión, veremos el sencillo procedimiento para personalizar la frecuencia de refresco. También, analizaremos las ventajas y desventajas que supone aumentar esta frecuencia.

Cambiar la frecuencia de refresco de la pantalla en Windows es una elección personal. ¿Por qué lo decimos? Porque, en algunos equipos, esta función se activa automáticamente, según el uso que recibe la pantalla. Sin embargo, es posible personalizarla a nuestro gusto a fin de tener una mejor visualización del contenido que se muestra allí.

¿Cómo cambiar la frecuencia de refresco de la pantalla en Windows?

 

Antes de adentrarnos a ver los pasos para cambiar la frecuencia de refresco de la pantalla en Windows, es necesario aclarar qué es. Cuando se habla de la frecuencia de refresco, también conocida como tasa de refresco, o frecuencia de actualización, se está hablando de la cantidad de veces que tu pantalla reproduce la imagen mostrada en un segundo.

Esta frecuencia se mide en hercios (Hz) y la mayoría de las pantallas tienen entre 60 y 14 Hz. Mientras más alta sea la frecuencia de refresco, mayor será la fluidez que tendrán los juegos o vídeos que se reproduzcan allí. Es decir, más imágenes se mostrarán en un solo segundo, por lo que la calidad siempre será mejor.

Aunque es cierto que en algunos ordenadores el sistema operativo Windows cambia por sí solo esta tasa de refresco, lo cierto es que tú también puedes hacerlo. Y, si bien el procedimiento es bastante similar tanto en Windows 10 como en Windows 11, a continuación te explicaremos cómo se hace en cada uno de ellos.

Cambiar la frecuencia de refresco de la pantalla en Windows 10

Estos son los pasos para cambiar la frecuencia de refresco de la pantalla en Windows 10:

1. Toca el botón de Inicio y ve a Configuración o presiona la combinación de teclas Windows + I.
2. Ahora selecciona la entrada Sistema.
3. Ve a Pantalla – Configuración avanzada de pantalla.
4. En caso de que uses varias pantallas, selecciona en cuál deseas ajustar la frecuencia de actualización en la opción Elegir pantalla.
5. En Frecuencia de actualización, elige la velocidad que desees aplicar en tu pantalla.

¿Cómo saber qué velocidad debes asignar para tu pantalla? Lo cierto es que la frecuencia de refresco depende de la pantalla y de sus características. Por lo general, los monitores más antiguos admiten velocidades más bajas. Ahora bien, en el caso de algunos portátiles y pantallas externas, la velocidad suele ser más alta.

Cambiar la frecuencia de refresco de la pantalla en Windows 11

Para ajustar la frecuencia de actualización en un PC con Windows 11, sigue estos pasos:

1. Ingresa en Configuración.
2. Haz clic en Sistema.
3. Ahora, selecciona Pantalla – Pantalla avanzada.
4. En la opción Elegir una frecuencia de actualización, elige la velocidad que deseas aplicar a la pantalla.
5. Listo. Así puedes ajustar la frecuencia de actualización de la pantalla en Windows 11.

Ahora bien, ten presente que algunos equipos con Windows 11 cuentan una característica llamada Frecuencia de actualización dinámica (DRR). Esta función permite que la frecuencia se actualice en función de lo que estés realizando en ese momento.

Sin embargo, para que funcione DRR, es necesario que la pantalla admita VRR (frecuencia de actualización variable). Además, se requiere que tu pantalla tenga una frecuencia de actualización de por lo menos 120 Hz. Pues bien, si bien es cierto que ambas frecuencias pueden trabajar en conjunto, tal vez haya ocasiones en las que tengas que deshabilitar DRR para que VRR funcione mejor.

¿Cuáles son las ventajas de cambiar la frecuencia de refresco de la pantalla en Windows?

Realizar ajustes en la tasa de refresco de tu pantalla siempre va a depender de la compatibilidad y la capacidad que tenga. También, hay que tener en cuenta el contenido que estés viendo y la tarea que realices. Con todo, se podría decir que cambiar la frecuencia de tu pantalla tiene varias ventajas.

Por ejemplo, en los juegos, una mayor frecuencia de refresco puede mejorar significativamente tu experiencia de juego, así como lo es activar el HDR. Las imágenes se verán mucho más nítidas y los vídeos tendrán más suavidad. De hecho, hacerlo puede reducir el desenfoque del movimiento y darte ventaja en una competencia, ya que tu capacidad de respuesta estará en óptimas condiciones.

Por otra parte, si utilizas la pantalla de tu PC para diseñar, editar, dibujar o escribir con un lápiz digital, una mayor frecuencia de actualización te dará un mejor desplazamiento. Además, es posible que te ayude a disminuir el cansancio visual, puesto que la experiencia será más fluida.

Desventajas de aumentar la frecuencia de refresco de la pantalla en Windows

Por supuesto, no siempre es necesario ni prudente aumentar la frecuencia de refresco de la pantalla en Windows. Es verdad que aumentar la frecuencia ofrece una mejor calidad de imagen y sobre todo de vídeo. Sin embargo, una mayor velocidad en la frecuencia también supone un aumento en el gasto de la batería. Es decir, mientras más alta sea la frecuencia de refresco, más rápido se agotará la batería de tu equipo.

Claro, por otro lado, esto también nos da una idea muy útil: cuando necesitemos ahorrar la batería de nuestro equipo, algo que podemos hacer es bajar la frecuencia de refresco de la pantalla. Esto es especialmente útil y práctico en una tableta, un móvil o, como en estos casos, un PC portátil.

Consideraciones que debes tener en cuenta sobre la frecuencia de refresco de la pantalla en Windows

Finalmente, hay algunas consideraciones que debes tener en cuenta si quieres hacer modificaciones en la frecuencia de actualización en tu pantalla. Por ejemplo, es bueno que sepas que Windows 10 no admite la frecuencia de actualización dinámica (DRR), que sí admiten algunas pantallas con Windows 11.

Además, no olvides que después del mes de octubre de 2025, Microsoft ya no ofrecerá actualizaciones, asistencia técnica ni correcciones de seguridad para Windows 10. Por esas dos razones, lo sugerido es que actualices tu PC a Windows 11 para que puedas seguir disfrutando de estos beneficios.