- Isomorphic Labs, filial de Alphabet, inicia ensayos en humanos con fármacos creados por inteligencia artificial.
- Su tecnología se basa en AlphaFold, sistema que revolucionó la predicción de estructuras de proteínas.
- La empresa colabora con gigantes farmacéuticos y ha recibido una inversión de 600 millones de dólares.
- Los retos incluyen ética, transparencia de algoritmos y validación de resultados en personas reales.
La industria biofarmacéutica está presenciando un giro de enorme relevancia gracias a la aplicación de la inteligencia artificial (IA) en el desarrollo de medicamentos. Isomorphic Labs, filial de Alphabet y nacida como una escisión de DeepMind, se dispone a iniciar los primeros ensayos clínicos en humanos con medicamentos desarrollados íntegramente mediante IA. Esta iniciativa podría representar un punto de inflexión para la innovación médica global.
En los laboratorios londinenses de la compañía, científicos y sistemas de IA colaboran codo a codo para diseñar fármacos destinados a enfermedades como el cáncer y desórdenes inmunológicos. Así lo ha confirmado Colin Murdoch, presidente de Isomorphic Labs, quien destaca que “ya hay equipos trabajando junto a la IA para desarrollar tratamientos que hasta hace poco parecían inalcanzables”.
AlphaFold: la tecnología detrás de los nuevos medicamentos
El punto de partida de estos avances se encuentra en AlphaFold, el sistema creado por DeepMind (capaz de transformar una simple imagen en un entorno 3D jugable) que transformó la predicción de estructuras proteicas, resolviendo el plegamiento de proteínas a partir de su secuencia de aminoácidos. Este logro, reconocido con el Premio Nobel de Química, ha permitido a Isomorphic Labs modelar interacciones moleculares complejas y diseñar compuestos de alta precisión de una manera nunca vista antes en la industria farmacéutica.
La última versión, AlphaFold3, permite predecir tanto la estructura tridimensional de proteínas como identificar la manera en que interactúan con otras moléculas, como ADN o diferentes fármacos. De esta forma, los investigadores pueden diseñar compuestos dirigidos a enfermedades concretas, acelerando todo el proceso de desarrollo y aumentando la probabilidad de éxito respecto a los métodos tradicionales.
De la simulación digital a la prueba clínica en humanos
El salto de los modelos informáticos a la experimentación con personas reales supone el mayor desafío hasta la fecha para la IA aplicada a la medicina. Tradicionalmente, solo un 10% de los medicamentos que alcanzan la fase clínica logran finalmente su aprobación, tras un proceso que puede prolongarse más de una década y suponer costes multimillonarios.
Isomorphic Labs busca transformar esta realidad apostando por moléculas diseñadas desde el inicio para adaptarse mejor a las necesidades clínicas y reducir significativamente tanto el tiempo como el desembolso económico asociados al desarrollo farmacéutico. Actualmente, la empresa ya trabaja en candidatos propios centrados en oncología e inmunología, dos áreas donde la demanda de tratamientos innovadores sigue siendo crítica.
Un ecosistema de colaboraciones y financiación internacional
En su impulso por liderar el desarrollo de medicamentos con IA, Isomorphic Labs ha sellado acuerdos estratégicos con firmas farmacéuticas como Novartis y Eli Lilly, lo que refuerza la validez de su enfoque híbrido entre ciencia y tecnología. Además, la compañía cerró en abril de 2025 una ronda de financiación de 600 millones de dólares, liderada por Thrive Capital, que servirá para acelerar tanto la investigación como los ensayos clínicos de nuevos compuestos diseñados algorítmicamente.
El equipo reúne el conocimiento de farmacólogos de trayectoria y expertos en inteligencia artificial, creando una sinergia que podría acelerar drásticamente la llegada de tratamientos personalizados y más eficaces, en especial frente a enfermedades complejas y de difícil abordaje.
Retos éticos y técnicos de la inteligencia artificial en medicina
Las perspectivas que abre el uso de IA en medicina clínica son tan prometedoras como desafiantes. La transparencia de los algoritmos, la validación de resultados computacionales en personas reales y las normativas éticas aplicadas al desarrollo de nuevos tratamientos generan un debate intenso en la comunidad científica y reguladora.
Este avance en la investigación ofrece una esperanza tangible para la medicina más rápida, precisa y asequible, aunque todavía persisten interrogantes sobre cómo garantizar que los nuevos fármacos diseñados por IA cumplan con los máximos estándares de seguridad y eficacia exigidos por las autoridades sanitarias.
La apuesta de Alphabet por la innovación biomédica a través de Isomorphic Labs y DeepMind muestra cómo los avances en IA pueden acelerar la llegada de tratamientos personalizados para enfermedades como el cáncer. Los próximos meses serán claves para determinar si los algoritmos están listos para pasar la prueba más exigente: el impacto positivo en la vida de los pacientes.
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