- ChatGPT suma un agente autónomo que ejecuta tareas complejas en un entorno virtual seguro.
- Los usuarios pueden delegar tareas como crear presentaciones, comprar online o analizar datos.
- La IA opera bajo control del usuario con medidas de seguridad y privacidad reforzadas.
- El agente ya se puede activar en planes Pro, Plus y Team; pronto llegará a más usuarios.
La carrera por dotar de mayores capacidades a la inteligencia artificial acaba de dar un nuevo salto con la presentación del agente autónomo de ChatGPT, una función que transforma por completo la experiencia habitual con el famoso chatbot de OpenAI. Ahora, ChatGPT es capaz de ejecutar tareas de cierta complejidad de manera autónoma utilizando un ordenador virtual propio, con acceso a diferentes herramientas y la posibilidad de interactuar en tiempo real con webs, archivos y servicios externos.
Este avance supone ir más allá de la simple conversación: el agente toma decisiones, navega por la web, genera documentos y automatiza procesos, sin que el usuario tenga que darle instrucciones paso a paso. Todo ocurre dentro del mismo entorno de ChatGPT, y siempre bajo la supervisión y validación del usuario, que puede interrumpir o ajustar la tarea en cualquier momento.
Una función basada en la integración de tecnologías previas
La llegada del agente a ChatGPT unifica varios desarrollos recientes de OpenAI, como Operator (que ya permitía al chatbot interactuar con páginas web) y Deep Research (centrada en la elaboración de informes avanzados a partir de fuentes múltiples). Gracias a esta combinación, el sistema pasa de limitarse a una charla inteligente a convertirse en un colaborador capaz de ejecutar tareas de principio a fin. El usuario puede delegar procesos como recopilar información, planificar eventos, crear hojas de cálculo o generar presentaciones, y el agente se encarga de todo el flujo, solicitando confirmación cuando sea necesario.
¿Qué puede hacer exactamente el agente de ChatGPT?
Durante las demostraciones, se han visto ejemplos tan variados como la organización integral de una boda (con búsqueda de hoteles, previsión meteorológica, identificación de regalos e incluso recordatorios de compras pendientes), la generación de documentos oficiales o la automatización de compras online. Ya no hace falta alternar entre múltiples pestañas o aplicaciones: el agente lo integra todo en una sola conversación.
Entre las funciones más destacadas se encuentran:
- Creación y manipulación de hojas de cálculo y presentaciones a partir de datos reales.
- Planificación de cenas, listas de la compra y coordinación de envíos.
- Búsqueda y compra de productos en tiendas online desde ChatGPT.
- Reserva de restaurantes, hoteles o servicios teniendo en cuenta preferencias y presupuesto.
- Gestión personal (agendas, recordatorios, citas) y análisis profesional de datos complejos.
Un ordenador virtual a disposición de la inteligencia artificial
La clave del funcionamiento del nuevo agente es su acceso permanente a un entorno virtual gestionado por OpenAI. Allí puede utilizar un navegador visual para interactuar con webs como lo haría una persona, acceder a terminales para ejecutar código o manipular archivos, y conectar con aplicaciones externas (como Google Drive, GitHub o Gmail) si el usuario lo autoriza. Cada tarea se ejecuta en una sesión temporal aislada, que se elimina al finalizar para reforzar la seguridad y privacidad.
Este diseño le permite analizar información en tiempo real, editar documentos y tomar decisiones contextualizadas. Por ejemplo, puede identificar una cita en tu calendario y, si lo deseas, reorganizarla o preparar un informe vinculado a esa fecha.
Benchmark: ¿Cómo rinde el agente frente a humanos y otros modelos?
Las primeras pruebas comparativas (SpreadsheetBench, DSBench y BrowseComp) han mostrado que el agente de ChatGPT supera a modelos previos de IA y a muchos humanos en tareas de análisis, edición y navegación. En benchmarks de hojas de cálculo y ciencia de datos, el agente ha alcanzado récords de precisión y eficacia, lo que apunta a una notable madurez tecnológica.
En entornos reales, ha demostrado ser capaz de analizar grandes volúmenes de correos o mensajes de clientes, sintetizar perfiles de usuario, automatizar informes financieros y gestionar tareas de marketing, todo ello en minutos y sin intervención constante del usuario.
Privacidad y seguridad: control absoluto del usuario
OpenAI ha puesto especial énfasis en la seguridad y en dar al usuario el control completo sobre las acciones del agente. Cualquier operación sensible (como enviar formularios, hacer reservas o ejecutar código) requiere confirmación explícita antes de realizarse. El agente está programado para rechazar acciones de alto riesgo, como transacciones financieras o tareas potencialmente peligrosas. Además, toda la actividad se puede borrar con un solo clic y los datos de usuario no se almacenan tras la sesión.
El sistema supervisa todo el proceso y permite observar en tiempo real los pasos que da la IA. Si el usuario lo desea, puede pausar o interrumpir cualquier acción antes de su ejecución final, lo que refuerza la transparencia y la confianza en la herramienta.
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