La nueva tasa para la visa H-1B: qué cambia, a quién afecta y cuándo

Estados Unidos ha introducido una tasa única de 100.000 dólares para las nuevas solicitudes de la visa H-1B, el permiso de trabajo temporal para profesionales cualificados. La medida, que se encuadra en un paquete más amplio de cambios migratorios, busca limitar lo que la Casa Blanca considera uso indebido del programa y reforzar los incentivos para contratar talento nacional.

Según aclaró la portavoz Karoline Leavitt, la obligación de pago se aplicará únicamente a las futuras H-1B que se asignan mediante el sistema habitual de lotería, mientras que quienes ya cuentan con esta visa o pretendan renovarla quedan fuera del alcance de la nueva tarifa. Las autoridades también hicieron hincapié en que no se trata de un cobro anual y que los titulares actuales pueden salir y volver a entrar al país como hasta ahora.

Qué cambia con la nueva tasa H-1B

El nuevo pago de 100.000 dólares por petición supone un salto notable frente a los costes administrativos previos (en torno a 1.500 dólares). La obligación recae en el empleador y, de acuerdo con la aclaración oficial, se abonará por una sola vez en el marco del proceso, no año tras año. El Departamento de Seguridad Nacional y el Departamento de Estado verificarán los pagos durante la tramitación.

La visa H-1B está limitada por ley a 85.000 plazas anuales (65.000 generales más 20.000 adicionales para titulados de máster en EE. UU.) y, cuando la demanda supera el cupo, se utiliza una lotería. El Gobierno ha indicado que las nuevas reglas se harán efectivas para el próximo sorteo del programa, manteniendo el esquema de registro electrónico.

Las personas ya titulares de H-1B y quienes renuevan no están sujetas a la tasa. Además, los viajes internacionales de los portadores actuales no quedan condicionados al nuevo pago, por lo que pueden entrar y salir del país conforme a los requisitos habituales del visado.

En paralelo, la Administración ha encomendado al Departamento de Trabajo revisar los niveles salariales vigentes del programa, con la intención de desincentivar que las H-1B se utilicen para rebajar sueldos respecto a los que perciben trabajadores locales.

• Qué incluye: solicitudes nuevas sujetas a lotería, verificación del pago por parte de Estado y Seguridad Nacional, y controles documentales adicionales para empleadores.
• Qué queda fuera: titulares actuales y renovaciones de H-1B, así como la capacidad de viaje de quienes ya la poseen.

Impacto en empresas, sectores y estados

El golpe será asimétrico: las grandes tecnológicas con amplia tesorería podrían absorber la tasa, pero para pymes y startups la cifra es potencialmente inasumible. Expertos en inmigración advierten de un freno en la competitividad de empresas emergentes y organizaciones de investigación que dependen de perfiles altamente especializados.

Las cifras oficiales muestran que compañías como Amazon, Tata, Microsoft, Meta, Apple y Google se encuentran entre los mayores empleadores de H-1B. Por países de origen, India concentró el 71% de aprobaciones más recientes, seguida por China con cerca del 12%, según datos citados en fuentes oficiales y Reuters.

En el plano geográfico, estados como California, Texas y Nueva York acumulan gran parte de las aprobaciones debido al peso de la tecnología, las finanzas, la biomedicina y la consultoría. La introducción de la tasa reconfigura los costes de captación internacional y puede impulsar alternativas como externalización o automatización de tareas en determinados segmentos.

Tras el anuncio, algunas multinacionales recomendaron cautela en los desplazamientos de trabajadores con H-1B, con comunicaciones internas en el sector sugiriendo evitar viajes no imprescindibles hasta conocer todos los detalles operativos. Este tipo de pautas corporativas han sido más preventivas que obligatorias y se irán ajustando según las guías de las agencias.

En cuanto a la demanda, los datos recientes del USCIS apuntan a unas 359.000 solicitudes para el siguiente ejercicio fiscal, el registro más bajo en cuatro años, un contexto en el que la nueva tasa añade otra capa de decisión para los empleadores que valoran presentar candidaturas al sorteo.

Calendario, dudas operativas y frente regulatorio

La proclamación entró en vigor a finales de septiembre y la aplicación práctica se hará notar en el próximo ciclo de sorteo H-1B, previsto para comienzos de 2026. Las agencias han señalado que emitirán guías de procedimiento para canalizar pagos y verificaciones dentro del flujo estándar (registro, LCA y petición I-129).

El texto contempla que la medida tenga una vigencia inicial de 12 meses, con revisión por parte de los departamentos competentes para decidir su continuidad. En ese periodo, el Ejecutivo también ha ordenado priorizar perfiles mejor remunerados y de alta cualificación en la selección.

Siguen abiertas algunas cuestiones técnicas, entre ellas si la tasa se aplicará del mismo modo a organizaciones exentas de cupo (universidades y centros de investigación sin ánimo de lucro) o si habrá excepciones específicas. Se prevén ajustes vía guías administrativas a medida que se implementen los nuevos controles.

La discusión política y jurídica no cesará: asociaciones del sector y expertos anticipan impugnaciones que cuestionen la vía empleada para fijar el cobro y el encaje de la medida con los parámetros definidos por el Congreso para la H-1B.

Con el foco puesto en la lotería de 2026, las empresas deberán decidir si asumen la nueva barrera económica para captar perfiles escasos o si rediseñan su estrategia de talento. El impacto se notará especialmente en los polos tecnológicos y en las entidades más pequeñas, mientras los reguladores ajustan los detalles y el mercado laboral digiere el cambio.