- Centros de estafa en Birmania emplean antenas de Starlink para sortear bloqueos de internet.
- Imágenes satelitales y de dron muestran expansión de complejos en Myawaddy y alrededores.
- APNIC sitúa a Starlink entre los principales proveedores en el país desde mediados de junio.
- EEUU investiga el papel de Starlink; SpaceX no ha respondido y continúan las sanciones a redes criminales.
Las redes de ciberestafa asentadas en Birmania han acelerado su expansión y, según documentación reciente, se apoyan cada vez más en antenas de Starlink para mantener sus operaciones conectadas a internet pese a los intentos de bloqueo y los operativos policiales.
El fenómeno se concentra en la frontera con Tailandia, alrededor de Myawaddy y a lo largo del río Moei, donde complejos vigilados han seguido ampliándose con nuevas construcciones, mientras la compañía SpaceX guarda silencio ante las consultas sobre el uso de su servicio en estos enclaves.
Qué está ocurriendo en la frontera de Birmania
Tras una campaña anunciada para desmantelar los complejos, las obras no se detuvieron: las últimas observaciones muestran edificaciones recién levantadas en áreas cercanas a Myawaddy, con recintos formados por casitas, alambradas y presencia armada, un entorno que facilita las estafas en línea dirigidas a víctimas de todo el mundo.
En estos asentamientos operan organizaciones criminales, muchas de origen chino, que explotan a miles de trabajadores bajo coacción para captar, a través de redes sociales y mensajería, a potenciales objetivos con falsas inversiones o romances, generando pérdidas multimillonarias cada año.
Antenas de Starlink y cortes de internet
Los compuestos han multiplicado las parabólicas del servicio satelital para sortear interrupciones y restricciones de conectividad en la zona, especialmente tras medidas en el lado tailandés. En varios tejados se aprecian filas de terminales, un despliegue que refuerza la resiliencia de estas redes delictivas.
El Registro de Internet de Asia-Pacífico (APNIC) indica que, aunque en febrero Starlink prácticamente no figuraba en el país, a mediados de junio pasó a situarse entre los principales proveedores de acceso en Birmania, una escalada que coincide con la proliferación de equipos en los centros fraudulentos.
Evidencias: imágenes y nombres propios
Un análisis de imágenes satelitales de Planet Labs PBC, junto con grabaciones aéreas obtenidas por periodistas, revela la continuidad de las obras y la presencia de antenas en los techos. En el macrocomplejo conocido como KK Park se detectaron, entre marzo y septiembre, docenas de estructuras nuevas o modificadas.
Las tomas de dron confirman actividad intensa en KK Park, con grúas, andamios y trabajadores en plena faena. Además, se registran movimientos en otros 26 centros de la zona de Myawaddy, incluidos recintos como Shwe Kokko, un enclave ya señalado por autoridades internacionales.
Presión regional, operativos y sanciones
Bajo presión de China, Tailandia y la propia Birmania, las milicias aliadas con la junta se comprometieron a desarticular estos centros. En ese contexto, unas 7.000 personas —mayoritariamente de nacionalidad china— fueron liberadas en operaciones que la ONU vincula a situaciones de trabajo forzoso y trata de personas.
Pese a los titulares de aquellos operativos, semanas después se reanudaron las obras en distintos puntos de la ribera del Moei. Paralelamente, Estados Unidos sancionó a nueve individuos relacionados con Shwe Kokko y al empresario She Zhijiang, vinculado al proyecto Yatai New City, una medida que intenta asfixiar financieramente a estas redes.
Investigación en Estados Unidos y silencio empresarial
Un comité bipartidista del Congreso estadounidense abrió en julio una investigación para aclarar cómo se está empleando Starlink en estos complejos, con capacidad para solicitar testimonios y documentación. La instancia podría llegar a citar a Elon Musk en el marco de las pesquisas.
Hasta la fecha, SpaceX, matriz de Starlink, no ha ofrecido comentarios públicos sobre su eventual papel en el acceso a internet de estos centros. La ausencia de respuesta mantiene abiertas preguntas sobre controles, distribución de terminales y cumplimiento de términos de servicio en zonas de alto riesgo.
El Triángulo de Oro y la maquinaria del fraude
Los complejos se ubican en el eje del llamado Triángulo de Oro —entre Birmania, Tailandia, China y Laos—, región marcada por tráfico de drogas, contrabando, juego ilegal y blanqueo. La corrupción y el conflicto interno han permitido a los grupos criminales expandirse y diversificar sus negocios con operaciones digitales.
Autoridades tailandesas han estimado que solo en la frontera birmana trabajan al menos 100.000 personas en estos centros. Se recluta a ciudadanos de Asia, África u Oriente Medio con ofertas falsas; muchos relatan palizas, coerción y venta entre recintos por sumas elevadas, como los aproximadamente 20.000 dólares que llegó a pagarse por un joven chino captado en junio de 2024, que fue revendido antes de ser rescatado meses después.
Centros señalados y dinámica sobre el terreno
Además de KK Park, Shwe Kokko destaca por su historial y por la atención de las autoridades financieras internacionales. Las construcciones recientes y los acondicionamientos detectados en la veintena larga de enclaves alrededor de Myawaddy sugieren una capacidad de adaptación sostenida incluso bajo presión policial.
El despliegue de antenas y la reorganización interna de estos recintos muestran cómo priorizan redundancia y conectividad para mantener activos sus call centers y equipos de mensajería, asegurando un flujo constante de víctimas potenciales a escala global.
Datos clave de la situación
- Ámbito geográfico: Myawaddy y ribera del río Moei, en la frontera con Tailandia.
- Tecnología: aumento de parabólicas de Starlink para esquivar cortes de internet.
- Evidencias: imágenes de Planet Labs PBC y grabaciones con dron confirman obras y antenas.
- Balance humano: miles de víctimas de trata liberadas y un volumen estimado de 100.000 trabajadores.
La combinación de conectividad satelital, expansión inmobiliaria rápida y presión desigual de las autoridades ha permitido que estos centros sigan operando. Mientras avanza la investigación en EEUU y se mantienen sanciones y operativos, las pruebas visuales y los datos de tráfico apuntan a que Starlink se ha convertido en una pieza clave para la continuidad de estas redes de fraude en Birmania.
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