- Iron de segunda generación impresiona por su fluidez y apunta a fabricación en serie.
- Arquitectura VLA y tres chips Turing de IA con gran potencia de cálculo.
- Enfoque inicial industrial y robotaxis L4 integrados en su ecosistema.
- Alianza con Volkswagen e interés inversor impulsan su proyección en Europa.
Aunque no es la marca china con mayor presencia en Europa, Xpeng vuelve a llamar la atención por su apuesta tecnológica. En su última demostración, la compañía ha mostrado avances relevantes en robótica, con su humanoide Iron como gran protagonista y un calendario que mira a la producción a gran escala.
El debut de la segunda generación de Iron se realizó en el AI Day celebrado en Guangzhou, donde el robot sorprendió por la naturalidad de movimientos y la coordinación. La puesta en escena ha sido tan llamativa que su propio CEO, He Xiaopeng, ha tenido que desmentir en redes que hubiera una persona dentro del traje, subrayando el ritmo al que está evolucionando su robótica.
Lo más reciente del proyecto Iron
La nueva iteración de Iron introduce cambios de diseño y mejoras funcionales pensadas para tareas reales. Según Xpeng, el objetivo es escalar hacia la fabricación en masa a finales del ciclo de desarrollo, tras afinar la destreza y la autonomía en entornos de prueba.
En el plano técnico, Xpeng ha detallado una combinación de hardware y software que busca equilibrar fuerza, precisión y percepción del entorno. Destacan músculos biónicos, columna humanoide, piel flexible y una pantalla curva 3D en la cabeza, además de un cuerpo muy articulado.
- Arquitectura cognitiva VLA: Visión, Lenguaje y Acción integrados para comprensión de escenas y toma de decisiones.
- Tres chips de IA Turing propios con una potencia de cálculo anunciada de 2.250 TOPS.
- Cuerpo altamente articulado y manos con 22 grados de libertad para manipulación precisa.
- Batería de estado sólido, seguridad activa y mecanismos orientados a la protección de la privacidad.
- Capacidad de mantener conversaciones fluidas y desplazarse con movimientos naturales.
Para qué escenarios apunta
La compañía sitúa a Iron primero en entornos industriales y logísticos, donde la repetitividad y el control de escenario facilitan su despliegue. El énfasis está en el transporte de materiales, asistencia en líneas de producción y manipulación de componentes, con la mirada puesta en ampliar funciones a medida que maduren la destreza y la percepción.
Ecosistema de robótica y movilidad autónoma
Más allá del humanoide, Xpeng presentó avances conectados con su plataforma inteligente, incluidos robotaxis con conducción autónoma de nivel 4 y un nuevo enfoque modular de vehículo. La compañía enmarca estas capacidades dentro de una base computacional común para movilidad y robótica.
En este ecosistema, la firma destacó que Volkswagen será su primer socio estratégico para la segunda generación del sistema VLA, una señal de que su pila tecnológica podría servir de cimiento para proyectos conjuntos. Xpeng también apuntó que sus chips Turing se emplearán en vehículos cofabricados con VW en China.
Implicaciones para Europa y España
La proyección europea de Xpeng ha sido gradual, pero el vínculo con Volkswagen aporta posibles sinergias de aterrizaje y escalabilidad en la región. En el ámbito industrial, el interés por automatización y robótica en fábricas europeas —incluida España— abre la puerta a pilotos y colaboraciones donde un humanoide orientado a tareas repetitivas puede encajar cuando cumpla con normativas y requisitos de seguridad.
El mercado observa la robótica humanoide como un frente de competencia entre fabricantes de eléctricos. Frente a visiones de robot más universal, Xpeng insiste en un enfoque más pragmático y controlado para Iron: primero industria, luego ampliación del ámbito de uso según avance la tecnología. Ese itinerario reduce riesgos y facilita iteraciones rápidas.
Señal al mercado e interés inversor
Las últimas demostraciones han tenido eco en bolsa: los títulos de Xpeng llegaron a máximos de tres años y acumulan un avance notable en el ejercicio, impulsados por la expectativa en humanoides, robotaxis y otras líneas adyacentes. Firmas de análisis destacan que la compañía podría extenderse a nuevas verticales más allá del coche eléctrico, lo que amplía las opciones que el mercado descuenta.
Todo apunta a que Xpeng quiere convertir a Iron en la pieza visible de su apuesta en robótica, con tecnología propia, alianzas estratégicas y foco industrial como palancas iniciales. Si el plan de escalado se concreta y las pruebas validan su fiabilidad, Europa —por proximidad a Volkswagen y por su tejido manufacturero— podría convertirse en uno de los escenarios donde medir su verdadero impacto.
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