- Presentado en Moscú, Aidol se desplomó en el escenario durante su primera demostración.
- La empresa Idol atribuye el fallo a problemas de calibración y condiciones de iluminación.
- El prototipo presume de batería de 48 V, hasta seis horas de autonomía y 19 servomotores faciales.
- El incidente desata reacciones virales y reabre el debate sobre la carrera robótica en Europa.
Rusia se ha sumado a la carrera de los robots humanoides con la presentación de AIdol, un prototipo con inteligencia artificial que aspira a interactuar con personas y mover objetos. La atención, sin embargo, se la llevó un incidente inesperado: el robot acabó en el suelo a los pocos segundos de su debut público en Moscú.
El episodio ha corrido como la pólvora en redes y medios europeos, generando memes, críticas y preguntas técnicas. Más allá del susto, la caída ha reavivado el debate sobre el punto en que se encuentran los humanoides en Rusia frente a los avances de Europa y otras potencias tecnológicas.
Qué ocurrió en el escenario de Moscú
La presentación se diseñó al milímetro: AIdol apareció escoltado por dos técnicos, con la banda sonora de Rocky sonando de fondo. Tras unos pasos cautelosos y un gesto de saludo, el robot perdió el equilibrio y terminó impactando de frente contra el suelo entre exclamaciones del público.
Las personas del equipo intentaron retirarlo y ocultar la escena con una cortina negra, pero varios restos quedaron a la vista y el momento se volvió aún más torpe. Según asistentes y vídeos, el auditorio pasó del silencio inicial a unos aplausos de cortesía para aliviar el bochorno.
La explicación de Idol: calibración, luz y fase de pruebas
Vladimir Vitukhin, director de Idol, restó hierro a lo sucedido y lo enmarcó en el desarrollo del prototipo: habló de “aprendizaje en tiempo real” y de un error de calibración en los sistemas de equilibrio. En algunas declaraciones también se apuntó a la iluminación de la sala como posible causa adicional.
La empresa insiste en que AIdol está en fase de pruebas y que estos fallos son habituales cuando se ensaya en condiciones de escenario. Tras el tropiezo, el equipo retiró temporalmente el robot para revisar sensores y software de control antes de volver a mostrarlo de forma más contenida.
Qué puede hacer AIdol: diseño y capacidades
De acuerdo con los datos facilitados por sus creadores, AIdol es un humanoide concebido para manipular objetos y comunicarse con personas en entornos públicos y corporativos.
- Autonomía: batería de 48 V y hasta seis horas de funcionamiento.
- Movilidad: marcha de hasta 6 km/h y equilibrio asistido por IA (modo online u offline).
- Interacción: siete micrófonos, altavoz y cámaras para percibir y responder al entorno.
- Expresividad: 19 servomotores faciales bajo una piel de silicona para recrear emociones y microexpresiones.
- Origen de componentes: aproximadamente un 77% de piezas de fabricación rusa, con objetivo de alcanzar el 93%.
La empresa menciona incluso una variante de sobremesa (cabeza y torso) pensada para atención al público. Entre los escenarios de uso que baraja Idol figuran bancos, aeropuertos y sectores industriales o logísticos.
Reacciones, precedentes y competencia global
El clip del batacazo se hizo viral al instante y propició comentarios burlones sobre la torpeza del desplazamiento, además de comparaciones con humanoides asiáticos más solventes, como el Optimus de Tesla. También hubo voces técnicas que recordaron que las caídas forman parte del desarrollo de robots bípedos.
El episodio trae a la memoria un precedente sonado: en 2018, un supuesto robot presentado en televisión rusa resultó ser un disfraz humano. Esa herida reputacional, unida al vídeo de AIdol, ha reavivado el debate sobre el verdadero nivel de la robótica rusa frente a China, Estados Unidos o Europa.
En el tablero internacional, las inversiones en humanoides han crecido con fuerza y los países asiáticos muestran prototipos comercialmente viables. En Europa, referentes como Alemania superan con claridad a Rusia en instalación de robots, con decenas de miles de unidades en operación frente a cifras mucho menores en el mercado ruso.
Próximos pasos del proyecto
Tras el incidente, los ingenieros de Idol revisaron los sistemas de equilibrio y el software de control. La compañía mantiene que AIdol seguirá puliéndose y que el objetivo es mejorar marcha y estabilidad antes de afrontar demostraciones más ambiciosas.
Queda por ver si las siguientes iteraciones confirman las promesas de movimiento más fluido y una interacción natural sostenida, aspectos clave para que el robot pase de anécdota viral a herramienta útil en entornos reales.
El debut de AIdol deja una imagen poco amable, pero también una fotografía precisa del momento: humanoides cada vez más capaces, proyectos sometidos al escrutinio público y una competencia global feroz en la que Europa y España pueden encontrar su sitio si apuestan por fiabilidad, integración y casos de uso claros.
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