- Blue Prince combina puzles, exploración y mecánicas roguelite en una experiencia única de investigación en una mansión misteriosa.
- El objetivo es encontrar la habitación 46 entre 45 salas que cambian cada día según tus decisiones.
- El juego ha recibido puntuaciones sobresalientes en medios internacionales, calificándolo de "obra maestra".
- Disponible desde el 10 de abril en PC, PS5 y Xbox Series X/S, incluido en Game Pass y PS Plus Extra/Premium.
Blue Prince se ha convertido en uno de los fenómenos más inesperados del panorama independiente en 2025. Con una premisa tan original como arriesgada, el debut del estudio Dogubomb mezcla puzles, exploración y una historia plagada de secretos en una mansión que cambia cada día. Este enfoque aparentemente sencillo ha conquistado tanto a la crítica especializada como a los jugadores, posicionándolo como uno de los contendientes más firmes al juego del año.
El título propone una experiencia que se aleja de las fórmulas convencionales, apostando por un formato tipo “escape room” en el que el conocimiento del entorno y la atención al detalle son claves. A través de decisiones estratégicas y una mecánica roguelite sutilmente integrada, Blue Prince consigue que cada partida sea diferente, al tiempo que mantiene un núcleo narrativo sólido que atrapa desde el primer momento.
Una mansión cambiante llena de desafíos
La historia gira en torno a Simón, un joven que hereda la mansión Mount Holly de un familiar excéntrico. Pero lejos de tratarse de un simple trámite legal, el testamento incluye una singular condición: Simón debe encontrar la misteriosa habitación número 46. El problema es que la casa solo tiene 45 estancias y su distribución se modifica cada día.
Cada jornada comienza en el vestíbulo, con tres puertas que ofrecerán distintas combinaciones de habitaciones. Estas estancias se eligen a partir de planos aleatorios y cumplen funciones específicas: hay salas que ofrecen más pasos, otras que proporcionan objetos útiles o monedas, y algunas que simplemente bloquean la progresión. El jugador debe decidir estratégicamente qué puerta abrir, sabiendo que solo tiene un número limitado de pasos para moverse antes de que termine el día.
Un detalle clave es que al terminar cada jornada, todos los objetos obtenidos se pierden y la mansión se reinicia, manteniéndose únicamente algunos progresos sutiles en el plano general. Esto introduce una mecánica tipo roguelite que, lejos de volverse frustrante, motiva a aprender de cada intento previo.
A medida que exploramos el interior de Mount Holly, las habitaciones revelan mucho más que paredes y puertas. Fotografías, notas manuscritas, emails, objetos aparentemente inútiles y detalles decorativos guardan claves importantes para desentrañar el funcionamiento de esta singular mansión. El conocimiento se convierte en el recurso más valioso.
Muchos jugadores han optado por llevar una libreta física donde anotar pistas, códigos y diagramas, emulando la experiencia de resolver un complejo puzzle en papel. La interfaz del juego refuerza esta sensación “analógica”, pareciendo por momentos un juego de mesa gigante donde se colocan piezas y se descubren nuevas rutas.
Algunas herramientas, como martillos, palas o detectores de metales, pueden facilitar la tarea, pero su aparición también está sujeta al azar y a nuestras decisiones a lo largo de la exploración. Saber cuándo utilizarlas y en qué habitaciones activarlas puede marcar la diferencia entre una jornada exitosa y otra fallida.
Un misterio que crece cada día
La narrativa de Blue Prince se construye de forma orgánica a través de documentos, pistas ambientales y la propia estructura de la casa. Lo que al principio parecía una excéntrica búsqueda familiar pronto se complica con tramas políticas, secretos de generaciones pasadas y mensajes codificados que apuntan a una conspiración bien oculta entre las paredes de Mount Holly.
La habitación 46 deja de ser solo una meta arquitectónica y se convierte en el símbolo de algo mucho más profundo. Conforme avanzamos, descubrimos que nuestros movimientos están impregnados del legado de quienes habitaron la mansión antes que nosotros. Todo está allí desde el primer momento, pero solo se revela a quienes saben mirar con otros ojos.
Una de las sensaciones más gratificantes del juego es “volver atrás” a analizar lo ya visto con un nuevo nivel de comprensión. Lo que en una primera partida pasaba desapercibido, en una tercera o cuarta se convierte en la pieza clave de un enigma mayor.
¿Es uno de los juegos del año?
Blue Prince ha debutado con puntuaciones sobresalientes en la prensa especializada. Con una media de más de 90 sobre 100 en plataformas como Metacritic y OpenCritic, múltiples medios lo catalogan como una obra maestra dentro del género de puzles y como uno de los indies más brillantes del último lustro.
Frases como “mejor juego del año”, “tan adictivo que cambia tu manera de pensar” o “un diseño que engaña con alegría” se repiten entre los análisis. El título ha sido comparado con clásicos como Obra Dinn o Inscryption, no por su jugabilidad, sino por su enfoque innovador y capacidad para sorprender partida tras partida.
A pesar de estar completamente en inglés, algo que puede limitar su acceso para algunos jugadores, el texto está escrito con mucha claridad y se entiende incluso con un nivel intermedio. Eso sí, hay juegos de palabras y referencias culturales que podrían dificultar la compresión de ciertos acertijos sin un conocimiento básico del idioma.
Disponible y accesible desde el día uno
Blue Prince ya está disponible desde el 10 de abril para PC, PS5 y Xbox Series X/S. Como parte del compromiso de su editor, Raw Fury, con la accesibilidad, el juego forma parte del catálogo de Xbox Game Pass y PlayStation Plus Extra y Premium desde el lanzamiento, ampliando su alcance y permitiendo que más jugadores puedan probar esta experiencia sin coste adicional.
Además, Dogubomb ha prometido estar atento al feedback de la comunidad para futuras actualizaciones, con la posibilidad de añadir opciones de accesibilidad o, si el éxito lo permite, incluso una futura localización al español, aunque no hay nada confirmado por el momento.
Blue Prince ha llegado prácticamente sin hacer ruido, pero se ha ganado un hueco en las listas de favoritos del año con mérito propio. Su combinación de diseño elegante, narrativa intrigante y una mecánica que recompensa la paciencia y la observación, hacen que destaque como una de las apuestas más originales y absorbentes que se han visto en tiempo.
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