- El gobierno español aprueba una ley para regular el uso de la inteligencia artificial, exigiendo el etiquetado obligatorio de contenidos generados con IA.
- Se contemplan multas de hasta 35 millones de euros o el 7% de la facturación global para quienes incumplan la normativa.
- La Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial será la encargada de velar por su cumplimiento, junto a otras entidades según el caso.
- También se prohíben prácticas como la manipulación subliminal y la clasificación biométrica basada en datos personales sensibles.
El gobierno de España ha dado un paso adelante en la regulación de los contenidos creados con inteligencia artificial con la aprobación de un anteproyecto de ley que establece sanciones económicas significativas para quienes no cumplan con la correcta identificación de este tipo de material. La creciente preocupación por los «deepfakes» y su capacidad para generar desinformación ha sido uno de los factores determinantes en esta decisión.
Esta nueva legislación se basa en el Reglamento Europeo de Inteligencia Artificial, cuyo objetivo es garantizar que el uso de esta tecnología siga principios éticos y no vulnere derechos fundamentales. Con esta medida, España se convierte en uno de los primeros países en imponer restricciones más estrictas que muchas de sus contrapartes internacionales.
Un etiquetado obligatorio para evitar fraudes
El anteproyecto de ley estipula que cualquier contenido generado o manipulado por IA debe estar debidamente etiquetado para que los usuarios puedan identificarlo con claridad. Esto incluye imágenes, vídeos y audios en los que personas aparezcan diciendo o haciendo cosas que nunca han hecho en la realidad.
El incumplimiento de esta normativa se considerará una infracción grave, con sanciones que oscilan entre los 500.000 euros y los 35 millones de euros, dependiendo de la naturaleza del incumplimiento. Para empresas, se aplicará una multa del 7% de su facturación global si esta cantidad supera la penalización estándar. En este sentido, es relevante saber cómo comprobar si hay multas aplicables relacionadas con contenido digital no autorizado.
Control y supervisión de la normativa
El cumplimiento de esta nueva normativa será supervisado por varios organismos. La Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial (AESIA) será la entidad principal encargada de analizar los casos y sancionar a los infractores. Otras instituciones, como la Agencia Española de Protección de Datos y la Junta Electoral Central, también jugarán un papel clave en su aplicación.
El ministro de Transformación Digital, Óscar López, ha enfatizado la importancia de esta regulación, declarando que “la inteligencia artificial es una herramienta poderosa, pero su mal uso puede vulnerar la democracia y difundir desinformación”.
Además del etiquetado obligatorio, se han identificado ciertas prácticas inaceptables en el uso de la IA, que estarán sujetas a prohibiciones y penalizaciones más severas. Entre ellas se incluyen:
- Uso de técnicas subliminales para influir en el comportamiento de los ciudadanos sin su consentimiento.
- Clasificación biométrica basada en raza, religión, orientación política o cualquier otro dato sensible.
- Manipulación de menores mediante sistemas de IA que inciten a realizar actividades peligrosas.
Estas medidas se aplicarán para garantizar que las herramientas de inteligencia artificial se utilicen de manera ética y responsable, evitando que puedan perjudicar a colectivos vulnerables o afectar negativamente a la sociedad. Desde luego, es importante conocer las implicaciones legales y cómo esto se relaciona con el uso responsable de la tecnología.
Las normativas también buscan asegurar un ecosistema digital donde el contenido generado cumpla con las expectativas legales y éticas, explorando la necesidad de una regulación eficaz y bien estructurada.
Un marco regulador alineado con la Unión Europea
España se alinea con la normativa de la Unión Europea en su enfoque para regular la inteligencia artificial. El Reglamento Europeo de IA establece una serie de principios que buscan equilibrar la innovación tecnológica con la protección de los derechos fundamentales de los ciudadanos.
Dentro de esta clasificación regulatoria, las tecnologías de IA se dividen en niveles de riesgo, desde usos permitidos hasta prácticas completamente prohibidas. En particular, los deepfakes y sistemas diseñados para manipulación de la opinión pública han sido catalogados como de alto riesgo. Esta clasificación es esencial para entender cómo se proyectarán las nuevas normas relacionadas con las implicaciones de la desinformación en la sociedad.
Con la entrada en vigor de esta ley, España se posiciona en la vanguardia de la regulación de IA, protegiendo a los ciudadanos de manipulaciones digitales y garantizando un ecosistema digital más transparente y seguro. Aunque todavía quedan dudas sobre la efectividad en la implementación de estas medidas, la normativa es un paso firme hacia una regulación más clara y contundente en el uso de esta tecnología emergente.
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