ChatGPT causa furor con imágenes generadas al estilo Studio Ghibli

Desde hace unos días, las redes sociales han sido tomadas por una avalancha de imágenes que remiten al inconfundible universo estético del Studio Ghibli. No se trata de nuevas películas ni de un homenaje artístico tradicional, sino de un fenómeno impulsado por la última función de ChatGPT-4o, el modelo más reciente de OpenAI. Esta tendencia, que comenzó como una simple curiosidad, ha evolucionado rápidamente hasta alcanzar una presencia masiva, generando tanto entusiasmo como polémica en el ámbito artístico y tecnológico.

La característica que hace posible esta tendencia es una herramienta integrada en ChatGPT, basada en tecnología de generación de imágenes mediante inteligencia artificial. Gracias a ella, cualquier usuario puede subir una fotografía y obtener en pocos segundos una versión completamente transformada, con colores suaves, líneas estilizadas y un ambiente nostálgico que recuerda a películas como «Mi vecino Totoro» o «El viaje de Chihiro». Esta función, aunque sencilla de usar, ha puesto sobre la mesa discusiones intensas sobre los límites de la creatividad artificial y la apropiación de estilos visuales consagrados.

Un estilo inconfundible que causa sensación

El encanto de las imágenes generadas radica en su capacidad para capturar la esencia de la animación japonesa clásica. A través de un enfoque autorregresivo, el sistema de IA logra reinterpretar rostros, paisajes o incluso escenas enteras con una coherencia estilística sorprendente. Lo que comenzó como una curiosidad tecnológica se ha convertido en un fenómeno viral alimentado por la creatividad de miles de usuarios, que publican sus versiones en estilo Ghibli en plataformas como Instagram, TikTok o X. Para los interesados en el arte de la animación, hay recursos sobre programas para animar dibujos que pueden ser útiles.

Lo más llamativo no es solo el resultado visual, sino la facilidad para generar estas imágenes: no se necesitan conocimientos avanzados de diseño, ya que el sistema actúa como un asistente visual que adapta las imágenes originales al estilo deseado con solo unas cuantas instrucciones. Aunque no existe un filtro específico llamado “Ghibli” dentro de la herramienta, las transformaciones logradas utilizando términos como “estilo de animación japonesa de los años 80 y 90” o “caricatura con líneas suaves y colores cálidos” logran resultados notablemente fieles.

Cómo funciona la tecnología detrás del estilo Ghibli de IA

La base de esta función es el modelo GPT-4o, que combina múltiples modalidades de entrada, incluyendo texto e imagen. A diferencia de modelos previos, tiene la capacidad de manejar simultáneamente hasta 20 elementos distintos en una sola imagen, lo que le permite construir escenas complejas sin perder coherencia visual. Además, es capaz de integrar texto dentro de las imágenes e interpretar contextos visuales incluso si estos contienen múltiples capas narrativas.

OpenAI ha desarrollado esta herramienta con un enfoque hacia la versatilidad estilística, permitiendo que los usuarios especifiquen estilos como acuarela, cyberpunk o futurista. Pero ha sido el estilo de Studio Ghibli el que más ha capturado la atención del público por su familiaridad estética y su carga emocional. Después de todo, el universo visual creado por Hayao Miyazaki tiene un arraigo cultural profundo que conecta con audiencias de todas las edades.

Una guía práctica para crear tus propias imágenes Ghibli

Para quienes deseen probar esta herramienta, el proceso es bastante directo. Solo hay que seguir unos pocos pasos dentro del entorno de ChatGPT para llevar a cabo la conversión:

1. Abre ChatGPT y accede con una cuenta con suscripción Plus, ya que la función actualmente está disponible solo para usuarios de pago.
2. Carga tu imagen haciendo clic en el signo “+” y seleccionando la opción correspondiente.
3. Introduce un mensaje adecuado, como por ejemplo: “Haz una versión caricaturizada de esta imagen con estilo de animación japonesa tradicional de los años 80”.
4. Ajusta con instrucciones adicionales, como “colores suaves, fondo difuminado como en películas clásicas de animación japonesa”.
5. Descarga la imagen generada y edítala o vuelve a hacer ajustes si el resultado no es el esperado.

En algunos casos, usar directamente el nombre “Studio Ghibli” puede generar una respuesta de advertencia por parte de la plataforma, por lo que conviene utilizar descripciones indirectas para sortear posibles restricciones.

Controversia: ¿un homenaje o una invasión artística?

Con el auge de esta tendencia, también han surgido críticas desde el ámbito artístico. El propio Hayao Miyazaki, en declaraciones de años anteriores, se ha mostrado abiertamente opuesto al uso de la inteligencia artificial con fines creativos. En una entrevista documentada, llegó a definir el uso de estas tecnologías en animación como “un insulto a la vida misma”, alegando que carecen de emoción, contexto y sensibilidad humana.

Este rechazo ha sido rescatado por muchos en redes sociales, que consideran contradictorio y hasta irrespetuoso el hecho de que miles de usuarios estén generando imágenes que imitan la estética de Ghibli, precisamente con una tecnología que el director japonés detesta. Aun así, la plataforma no ha emitido restricciones tajantes y la tendencia sigue su curso sin mayores obstáculos, lo que alimenta el debate sobre la apropiación estilística y la ética en el uso de recursos creativos generados por IA. Además, es relevante conocer que existen diferentes géneros de animación que pueden influir en este fenómeno.

Además, se ha advertido que estas imágenes no deben usarse con fines comerciales sin antes revisar posibles conflictos de derechos de autor o de imagen, ya que podrían infringir propiedades intelectuales si se comercializan o difunden con intenciones lucrativas.

Lejos de calmarse, esta moda sigue captando la atención de usuarios de todo tipo: desde aficionados al anime hasta personalidades del mundo tecnológico. Figuras como el propio Sam Altman, CEO de OpenAI, han contribuido al fenómeno publicando versiones suyas con esta estética. A pesar del descontento de parte del gremio artístico y los fans más puristas del estudio japonés, la viralidad parece tener más peso en este caso que la fidelidad al legado cultural de Ghibli.

El debate está lejos de cerrarse, y la tendencia de transformar imágenes personales, escenas de películas y hasta memes en versiones con estilo de animación japonesa demuestra la enorme capacidad de atracción que despierta la estética Ghibli. Con solo unos clics, se pueden obtener resultados impactantes que despiertan nostalgia y curiosidad a partes iguales, al tiempo que ponen sobre la mesa cuestiones sobre el respeto a la autoría, la autenticidad del arte y los límites que debería tener la inteligencia artificial en el terreno creativo.