- IWGB acusa a Rockstar de represalias por actividad sindical tras despidos en Reino Unido y Canadá.
- Take-Two asegura que la medida se debe a falta grave y descarta otros motivos.
- El caso podría escalar a vías legales bajo la protección de la actividad sindical.
- El contexto incluye la vuelta a la oficina y el desarrollo de GTA VI para mayo de 2026.
La situación laboral en Rockstar Games vuelve a ocupar titulares tras la salida de entre 30 y 40 empleados en sus equipos de Reino Unido y Canadá. Diversas informaciones, citadas por Bloomberg y fuentes sindicales, apuntan a que un grupo de trabajadores participaba en un chat privado donde se debatía organizarse sindicalmente, algo que el sindicato IWGB considera clave para entender lo ocurrido.
La matriz Take-Two niega esa interpretación y atribuye los ceses a falta grave, sin entrar en más detalles. Mientras tanto, desde el lado sindical se habla de posibles acciones legales en despidos similares y de un conflicto que, por su alcance, está siendo seguido muy de cerca en Europa y España por su potencial impacto en la industria del videojuego.
El Sindicato de Trabajadores Independientes de Gran Bretaña (IWGB) sostiene que se trata de represión de la actividad sindical y ha calificado el movimiento como uno de los casos más duros que se recuerdan en la industria. Su presidente, Alex Marshall, anticipa que el sindicato activará los mecanismos legales disponibles para defender a los afiliados y buscar su readmisión.
Qué ha pasado y a quién afecta
Según las fuentes consultadas, los trabajadores despedidos pertenecían a distintos departamentos y compartían como nexo una conversación privada en Discord en la que se exploraban opciones para sindicarse o ya formaban parte de un sindicato. Esa coincidencia es la que alimenta la acusación de que se trataría de una medida contra la organización interna.
Los reportes convergen en que el volumen de afectados se sitúa entre 30 y 40 personas y que los despidos se produjeron en equipos ubicados en Reino Unido y Canadá. Aunque se citan causas disciplinarias desde la empresa, no se han difundido pruebas públicas que permitan despejar del todo las dudas sobre el motivo real de la decisión.
Qué dicen las partes implicadas
El Sindicato de Trabajadores Independientes de Gran Bretaña (IWGB) sostiene que se trata de represión de la actividad sindical y ha calificado el movimiento como uno de los casos más duros que se recuerdan en la industria. Su presidente, Alex Marshall, anticipa que el sindicato activará los mecanismos legales disponibles para defender a los afiliados y buscar su readmisión.
Por su parte, la matriz de Rockstar, Take-Two, mantiene que las rescisiones obedecen a conductas graves y que no existe otro motivo. El portavoz Alan Lewis ha reiterado que la compañía apoya a Rockstar y su forma de proceder, subrayando el compromiso con un entorno de trabajo positivo.
Rockstar, por ahora, evita comentar públicamente los despidos. Desde IWGB se habla de solicitar medidas cautelares y de llevar el caso a las instancias pertinentes si se confirma que hubo represalias por organizarse.
Marco laboral en Reino Unido y Canadá: qué podría ocurrir
Las leyes de Reino Unido y Canadá incluyen protección de la actividad sindical, lo que permitiría impugnar despidos si se demuestra que la afiliación o la organización interna fue un factor determinante. Este tipo de procesos suele requerir documentación, testimonios y evaluar si la empresa aplicó criterios disciplinarios de forma consistente.
De abrirse disputa formal, los tribunales laborales podrían valorar si hubo indicios de discriminación por motivos sindicales, si existió una comunicación previa en la que se advirtiera de faltas y si los procedimientos internos se siguieron correctamente. La carga de la prueba y la transparencia documental serán determinantes para cualquiera de las partes.
En España y el resto de Europa, el caso se observa con interés por su efecto espejo: grandes editoras que operan en la región podrían tomar decisiones corporativas con impacto transnacional, y los precedentes influyen en la negociación colectiva y en la percepción pública de las marcas.
Políticas internas, seguridad y el horizonte de GTA VI
El año pasado, el estudio revisó su política de presencialidad y puso fin a opciones de teletrabajo o esquemas híbridos, medidas que justificó por motivos de productividad y seguridad en los desarrollos. Ese cambio recibió críticas de colectivos de empleados y de IWGB, que reclamaron un mayor diálogo.
En paralelo, Rockstar continúa con la producción de GTA VI, cuyo lanzamiento se sitúa oficialmente en la ventana de mayo de 2026. Tras la gran filtración de 2022 y la publicación anticipada de su primer tráiler, la compañía ha endurecido el control interno para evitar nuevas incidencias.
La expectación es enorme y los analistas proyectan ingresos multimillonarios asociados al estreno. Esa presión comercial convive con el reto de mantener un clima laboral estable, un equilibrio complejo cuando surgen conflictos de este calibre.
Un caso con alcance sectorial
La industria del videojuego atraviesa una fase de creciente organización sindical, con ejemplos recientes en estudios como Raven Software, ZeniMax Workers United, Blizzard Albany o el caso de ZA/UM. En ese contexto, lo que ocurra en Rockstar puede actuar como precedente para otros equipos que barajan estructuras de representación.
Además de las posibles repercusiones legales, entran en juego la reputación corporativa, la retención de talento y la relación con comunidades de jugadores. Cualquier resolución, sea administrativa o judicial, tendrá efectos sobre cómo se gestionan los derechos laborales en los grandes proyectos del sector.
El desenlace aún está abierto: si se confirmara que los ceses guardan relación con la organización de un sindicato, el caso escalaría como referente; si se prueban conductas disciplinarias graves, la discusión tomaría otro rumbo. En todo caso, el foco queda puesto en la relación entre Rockstar, sindicatos y despidos en un año clave para el estudio.
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