- Labubu es un muñeco coleccionable chino diseñado por Kasing Lung y comercializado por Pop Mart, que ha desencadenado una fiebre mundial y se ha convertido en objeto de moda y culto.
- Su éxito radica en el diseño peculiar, comercialización en cajas sorpresa y la viralización por parte de celebridades internacionales como Lisa de BLACKPINK, Rihanna, Dua Lipa o Kim Kardashian.
- El auge ha generado fenómenos como listas de espera, especulación en el mercado secundario, falsificaciones, subastas récord y hasta ciberestafas dirigidas a fans.
- Además de ser un éxito comercial, Labubu refleja el avance de China en la exportación de propiedad intelectual y el uso del ‘soft power’ cultural a nivel global.
Labubu ha irrumpido con fuerza en la escena global de los juguetes y el coleccionismo, transformándose en un fenómeno cultural que va mucho más allá del público infantil. Este pequeño personaje peludo, de orejas puntiagudas y sonrisa afilada, es hoy tan reconocido en las redes sociales y escaparates de tiendas como en los bolsos de lujo de algunas de las celebrities más influyentes del planeta.
Detrás del éxito de Labubu está una historia que mezcla creatividad artística, marketing inteligente y la capacidad de China para exportar íconos culturales. No es raro ver a niños, adolescentes y adultos mostrando con orgullo estas figuras, generando un auténtico furor por conseguirlas, tanto en tiendas físicas como en el mercado de la reventa.
Orígenes y ascenso internacional de Labubu
El artista hongkonés Kasing Lung creó a Labubu en 2015, dentro de la serie The Monsters, inspirándose en la mitología nórdica y el folclore europeo. Sin embargo, la popularidad mundial de este personaje comenzó a despegar a partir de 2019, tras su alianza con la empresa china Pop Mart, que incluyó a Labubu en sus famosas ‘cajas ciegas’ o cajas sorpresa. Esta fórmula comercial, en la que el comprador desconoce qué muñeco le tocará hasta abrir el paquete, ha convertido la búsqueda del Labubu deseado en un juego de azar y coleccionismo que engancha a multitudes.
Labubu ha pasado así de ser un personaje ilustrado a transformarse en objeto de deseo global: desde la Generación Z hasta adultos, pasando por influencers y celebridades. Las cifras hablan por sí solas: solo en 2024, Pop Mart logró que su serie The Monsters alcanzara ingresos superiores a los 3.000 millones de yuanes, disparando sus ventas internacionales y elevando el valor de la compañía a niveles récord en la bolsa de Hong Kong.
Un ícono pop en la era de las redes sociales
Parte del éxito de Labubu viene de la viralización en redes sociales, donde vídeos, fotos y retos protagonizados por estos muñecos han sido vistos y compartidos por millones. Celebridades como Lisa de BLACKPINK (que los mostró en sus historias de Instagram, marcando el arranque de la fiebre global), Rihanna, Dua Lipa, Kim Kardashian, David Beckham o Wanda Nara han exhibido con naturalidad su propio Labubu, elevando el muñeco al estatus de accesorio de moda y símbolo de identidad estética.
En plataformas como TikTok o Douyin, los fans muestran colecciones completas, personalizan a sus Labubu con ropa de marca y los combinan con bolsos exclusivos. Incluso personalidades del K-pop y del deporte han integrado estas figuras a su rutina pública y privada, expandiendo aún más la influencia del fenómeno.
Fiebre, exclusividad y especulación
La estrategia de escasez y edición limitada de Pop Mart ha contribuido a que conseguir ciertos Labubu se vuelva una verdadera obsesión. En ciudades como Shanghái hay listas de espera de meses, filas interminables en tiendas y revendedores que triplican o multiplican hasta por 30 el precio original en el mercado secundario, con algunas ediciones especiales alcanzando los 3.000 euros. Las subastas también han registrado cifras récord: un Labubu gigante se vendió en Pekín por aproximadamente 130.000 euros.
La fiebre ha llegado a tal punto que incluso bancos chinos regalaron Labubus como incentivo para captar clientes, y algunas empresas utilizaron el personaje como reclamo en promociones de todo tipo. Esta demanda ha propiciado además la proliferación de falsificaciones y problemas con la oferta, tanto de productos originales como de copias ilegales.
El lado oscuro: ciberestafas y fraude
Junto al fenómeno comercial han surgido riesgos para los más entusiastas. Expertos en ciberseguridad advierten sobre la aparición de páginas web fraudulentas que imitan tiendas oficiales para robar datos personales y bancarios a compradores atraídos por ofertas irresistibles o ediciones limitadas de Labubu. Desde firmas como OpenAI recomiendan comprar únicamente en canales oficiales, desconfiar de descuentos excesivos y proteger siempre la información financiera.
Además, la compra compulsiva y la presión social por tener el último Labubu han abierto el debate entre pediatras y psicólogos sobre el papel de estos objetos en el desarrollo infantil y la importancia de mantener un consumo responsable y crítico frente a las modas.
Labubu, símbolo del ‘soft power’ y la creatividad china
Más allá del furor mediático, Labubu representa el nuevo rumbo de la exportación cultural china basada en la propiedad intelectual. El caso de Pop Mart demuestra cómo China pasa de ser un país asociado históricamente a la manufactura de bajo coste a convertirse en creador y exportador de marcas propias con alto valor estético y simbólico. La internacionalización de Labubu y su presencia en mercados como Europa, América y Asia es parte de una estrategia planificada para diversificar las exportaciones y mejorar la imagen global de China a través de la cultura pop y la innovación creativa.
La capacidad de adaptación también ha quedado demostrada: la marca lanza ediciones especiales para países concretos (como la versión Merlion para Singapur), y realiza colaboraciones con grandes empresas y diseñadores. Además, la figura de Labubu ya ha inspirado otros productos, desde tazas hasta pasteles temáticos en restaurantes de Barcelona y Moscú, reflejando su integración en la cultura contemporánea y la gastronomía popular.
Un fenómeno transversal y sin fronteras
Labubu ha roto las barreras del coleccionismo tradicional y se ha consolidado como símbolo de una nueva era para los juguetes de diseño. Sus seguidores forman una comunidad global unida por la estética, la nostalgia y el deseo de exclusividad, mientras las marcas, influencers y empresas aprovechan su popularidad para generar nuevas tendencias y productos asociados.
El auge de Labubu no solo demuestra el poder viral de las redes sociales y la influencia de las celebridades, sino que pone de manifiesto una transformación de fondo: China es ya un referente en el mundo de la innovación cultural, capaz de crear iconos globales que conectan con públicos de todas las edades y continentes. Desde las vitrinas de Pop Mart hasta las alfombras rojas, Labubu seguirá marcando tendencia mientras su magia y misterio continúen alimentando la pasión de coleccionistas y fans alrededor del mundo.
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