- Un juez federal en Washington desestima la demanda de la FTC y concluye que Meta no ejerce poder monopolístico hoy.
- La transformación del mercado con TikTok y YouTube fue clave para invalidar la definición de “redes sociales personales”.
- La FTC no logró respaldar con pruebas actuales que la integración de Instagram y WhatsApp mantenga un monopolio.
- El fallo supone un balón de oxígeno para Meta y un revés para la ofensiva antimonopolio en EE. UU., con efectos que Europa observará de cerca.
El pulso legal por el supuesto monopolio de Meta en redes sociales se ha resuelto, por ahora, a favor de la compañía. Un juez federal en Washington D. C. ha desestimado la demanda de la Comisión Federal de Comercio (FTC) al considerar que la agencia no ha demostrado que, en la actualidad, la empresa ejerza poder de dominio en el mercado.
El veredicto pone fin a cinco años de disputa y evita, por el momento, que se obligue a Meta a desagregar Instagram o WhatsApp. La resolución, de tono contundente, subraya que el mercado ha cambiado con la irrupción de plataformas de vídeo como TikTok y YouTube, lo que complica sostener un monopolio en las llamadas “redes sociales personales”.
Qué ha decidido el tribunal y por qué importa
El juez James Boasberg determinó que la FTC no cumplió con la carga de probar una “violación legal actual o inminente”. “Independientemente de si Meta gozó o no de poder monopolístico en el pasado, la agencia debe demostrar que lo sigue ostentando ahora”, señala en el auto. Para el magistrado, la parte más utilizada de Facebook e Instagram hoy es “indistinguible” de lo que ofrecen TikTok y YouTube.
La sentencia hace hincapié en la evolución del sector: aplicaciones que cambian de rumbo, funciones que se incorporan a gran velocidad y hábitos de consumo que ya no encajan con un mercado estanco de “amigos y familia”. En ese contexto, el tribunal rechaza la definición de mercado propuesta por la FTC, que excluía a competidores como TikTok o YouTube.
Por qué la FTC no convenció al juez
La agencia sostenía que las compras de Instagram (2012) y WhatsApp (2014) reforzaron un monopolio de Meta en redes sociales. Sin embargo, el tribunal considera que el panorama competitivo actual —marcado por el auge del vídeo corto y contenidos recomendados por algoritmos— diluye esa tesis y demuestra sustitución real entre plataformas.
Durante el juicio se expusieron episodios de comportamiento de usuarios: cuando Meta sufre caídas globales, una parte relevante de la audiencia migra a TikTok y YouTube, y cuando TikTok ha estado indisponible en algunos mercados, el uso de productos de Meta repunta. Para el juez, la presión competitiva es tangible: TikTok obligó a Meta a invertir unos 4.000 millones de dólares en impulsar Reels.
La propia métrica de uso apuntalada en el proceso ponía en duda el monopolio: los estadounidenses dedicarían ya solo un 17% del tiempo en Facebook a contenidos de amigos y un 7% en Instagram, cifras alineadas con un consumo dominado por vídeo recomendado y no por conexiones estrictamente personales.
Testimonios clave y cronología del caso
El procedimiento arrancó con investigaciones en 2019 y una demanda en 2020. En 2021 el caso fue inicialmente desestimado por falta de pruebas y, tras una reformulación más detallada, admitido a trámite en 2022. El juicio se prolongó durante semanas e incluyó las comparecencias de Mark Zuckerberg, Sheryl Sandberg y Kevin Systrom, entre otros.
La FTC señaló correos y documentos internos —como el célebre “es mejor comprar que competir” — para sostener que Meta neutralizó amenazas a golpe de adquisiciones. Meta respondió que compite por la atención con TikTok, YouTube, X, Reddit o Pinterest y que su estrategia de compras es legítima en un entorno de innovación acelerada.
Reacciones, impacto en el mercado y el ángulo europeo
Tras conocerse el fallo, las acciones de Meta recortaron pérdidas intradía y el tono en los mercados fue de alivio moderado. La compañía celebró que la decisión reconozca la “fiera competencia” en el sector, mientras que la FTC expresó su decepción y afirmó que revisará sus opciones.
El caso se enmarca en una ofensiva más amplia contra las grandes tecnológicas en Estados Unidos, con procedimientos contra Google, Apple y Amazon en distintos frentes. La derrota de la FTC aquí supone un revés relevante, y actúa como aviso para reguladores de otras jurisdicciones. En Europa, la discusión sobre poder de mercado y plataformas seguirá de cerca este desenlace estadounidense, si bien los procesos y criterios locales avanzan por cauces propios.
Más allá del ruido, esta resolución deja una idea clara: el tribunal no ha validado que Meta ostente hoy un monopolio en redes sociales, apoyándose en la evidencia de competencia efectiva, en el peso creciente del vídeo corto y en la dificultad de encajar a Instagram y Facebook en un mercado separado del resto de plataformas que capturan la atención de los usuarios.
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