Microsoft prueba la precarga del Explorador de archivos en Windows 11

Hay herramientas de Windows tan integradas en la rutina diaria que apenas les prestamos atención hasta que empiezan a ir lentas. El Explorador de archivos de Windows 11 se ha convertido en uno de esos puntos de fricción: abre carpetas con cierta pereza, a veces se queda pensando unos segundos y, en equipos menos potentes, puede congelarse en el peor momento.

Tras meses de quejas y comentarios de usuarios de todo el mundo, incluidos los de España y el resto de Europa, Microsoft ha dado un paso al frente y ha admitido que el Explorador no rinde como debería. Para intentar aliviar la situación, la compañía está probando un cambio silencioso: mantener parte del Explorador cargado en segundo plano nada más iniciar sesión, de forma que la primera ventana aparezca casi al instante.

Microsoft reconoce el problema de rendimiento del Explorador de archivos

Desde el lanzamiento de Windows 11, muchos usuarios han notado que el Explorador de archivos se siente más lento que en Windows 10. La interfaz es más moderna, con pestañas, integración con OneDrive, galería, recomendaciones y nuevos menús contextuales, pero detrás de ese lavado de cara han aparecido varios efectos secundarios.

Entre las quejas más habituales destacan la demora al abrir carpetas, los pequeños tirones al navegar por directorios con muchos archivos y bloqueos puntuales que obligan a cerrar la aplicación y volver a abrirla. En algunas configuraciones, el Explorador incluso deja de responder temporalmente a los clics del ratón, sobre todo tras largas sesiones de uso o al trabajar con rutas muy cargadas.

Todo esto ha tenido una consecuencia curiosa: han proliferado los exploradores de archivos alternativos de terceros, pensados para sustituir al gestor nativo de Windows. Para muchos usuarios avanzados en Europa, instalar una herramienta alternativa se ha convertido en un atajo para esquivar la lentitud del Explorador oficial.

La propia Microsoft admite ahora que el comportamiento del Explorador en Windows 11 no cumple las expectativas, especialmente si se compara con la respuesta más ágil que ofrecía Windows 10. Tras varias oleadas de actualizaciones centradas en la interfaz y en la inteligencia artificial, toca empezar a mirar debajo del capó.

La apuesta: precargar el Explorador de archivos en segundo plano

Para intentar hacerlo más ágil, la compañía ha comenzado a probar un mecanismo de precarga del Explorador de archivos en segundo plano. La idea es sencilla: nada más iniciar sesión, Windows prepara por adelantado parte de los componentes del Explorador y los mantiene listos en memoria RAM, aunque el usuario todavía no haya abierto ninguna ventana.

Esta función se está desplegando de forma experimental en Windows 11 Insider Preview Build 26220.7271 (KB5070307), disponible en los canales Dev y Beta, y también se ha mencionado en el canal Canary, el más avanzado. En estas compilaciones, la precarga llega activada por defecto, de manera que la primera apertura del Explorador —ya sea desde el icono de la barra de tareas o con la combinación Win + E— debería sentirse perceptiblemente más rápida.

Según explica Microsoft en las notas de las builds Insider, el objetivo es que el cambio sea prácticamente invisible para el usuario. No aparecerán ventanas ocultas ni elementos raros en el escritorio: lo único que se notará es una reducción del tiempo de espera cuando se abre el Explorador por primera vez tras arrancar el PC.

En las pruebas internas, la compañía asegura que la mejora en el tiempo de arranque del Explorador es clara, sin un impacto significativo en el uso total de memoria. En algunos escenarios de laboratorio se habla de reducciones que rondan el 30-40 % en la apertura inicial, aunque la navegación dentro de carpetas pesadas sigue dependiendo del disco, de la red y de la propia complejidad del directorio.

Cómo funciona la precarga y dónde se configura

La mecánica técnica es relativamente clásica: Windows inicia el proceso del Explorador y precarga componentes clave durante el arranque de la sesión, manteniéndolos residentes para que no tengan que cargarse “en frío” cuando el usuario abre la ventana por primera vez. Es un enfoque parecido al de otros servicios del sistema que se preparan por adelantado para ganar tiempo de respuesta.

Aunque el comportamiento es automático, Microsoft ha querido dejar un interruptor accesible para activar o desactivar la función. Todo se gestiona desde el propio Explorador de archivos, sin recurrir al registro ni a herramientas externas, algo importante para departamentos de TI y usuarios avanzados que quieran controlar el consumo de recursos en sus equipos.

El ajuste aparece como una casilla llamada “Enable window preloading for faster launch times” o, traducido en las opciones de carpeta, «Habilitar la precarga de la ventana para tiempos de lanzamiento más rápidos». La ruta para cambiarlo es la siguiente:

• Abrir el Explorador de archivos de Windows 11.
• Pulsar en Opciones u «Opciones de carpeta» en la cinta o el menú contextual.
• Entrar en la pestaña «Ver».
• Buscar la casilla «Habilitar la precarga de la ventana para tiempos de inicio más rápidos» y marcarla o desmarcarla según se prefiera.

Con este interruptor, Microsoft intenta ofrecer un equilibrio entre mayor fluidez y control sobre la memoria. Quien quiera notar el Explorador más ágil puede dejar la precarga activada; quien priorice exprimir cada mega de RAM, especialmente en ordenadores modestos, puede volver al comportamiento clásico y prescindir de procesos residentes adicionales.

Ventajas y límites de la precarga del Explorador

El mayor beneficio de esta novedad está en la percepción inmediata de rapidez al abrir el Explorador por primera vez. Ese segundo —o fracción de segundo— que antes consumía el sistema preparando la ventana se reduce, lo que ayuda a que Windows 11 parezca más reactivo, sobre todo al inicio de la jornada laboral o tras un reinicio.

En oficinas, centros educativos y hogares de España y de otros países europeos, donde la gestión de archivos es una tarea constante a lo largo del día, esos pequeños retrasos pueden acumularse y resultar molestos; aplicar una guía de higiene digital ayuda a mitigarlos. Acelerar el arranque del Explorador ayuda a suavizar la experiencia y a reducir las «microinterrupciones» que rompen el ritmo de trabajo.

Sin embargo, la precarga no es una solución mágica a todos los problemas. Solo afecta al tiempo de apertura inicial de la ventana; si el cuello de botella está en un disco duro lento, en una unidad de red con alta latencia o en carpetas con miles de elementos, la navegación interna puede seguir sintiéndose pesada. Microsoft reconoce que todavía hay margen de mejora en esas situaciones.

Además, mantener componentes cargados en RAM conlleva un pequeño coste de recursos. En equipos modernos con SSD NVMe y 16 GB de memoria o más, el impacto será casi imperceptible, pero en portátiles básicos o máquinas de oficina antiguas —todavía muy presentes en muchas pymes europeas— ese consumo extra puede competir con otras aplicaciones.

La compañía insiste en que el consumo adicional de memoria es moderado y que el proceso en segundo plano no debería desplazar de forma agresiva a otros programas. Aun así, algunos expertos veteranos de la plataforma han criticado el enfoque, señalando que en la era de los SSD rápidos lo ideal sería optimizar el código del propio Explorador en lugar de recurrir a trucos de precarga.

Críticas y debate en torno a la decisión de Microsoft

La introducción de la precarga ha generado un debate interesante entre desarrolladores, exdirectivos de Microsoft y usuarios avanzados. Una de las voces más sonoras ha recordado que, con SSD NVMe ampliamente implantados, una aplicación tan sencilla en teoría como el Explorador debería abrir casi al instante sin necesidad de reservar memoria por adelantado.

Quienes comparten esta postura consideran que la precarga es una solución rápida al síntoma, pero no al problema de fondo. Señalan que el Explorador de Windows 11 se ha vuelto cada vez más complejo, con capas de tecnologías y funciones añadidas, mientras la optimización ha quedado en un segundo plano. Desde esta óptica, la empresa debería centrarse en adelgazar y pulir el componente en lugar de ocultar su peso bajo procesos residentes.

En el lado opuesto, otros usuarios valoran que, aunque la medida no sea perfecta, sí mejora la experiencia diaria. Muchos se limitan a abrir y cerrar carpetas, arrastrar archivos o acceder a la carpeta Descargas, y para ese perfil la sensación de respuesta rápida es casi más importante que lo que ocurra por debajo del capó.

En el contexto europeo, donde abundan los entornos mixtos con PC modernos conviviendo con equipos antiguos reutilizados, la clave será poder decidir caso por caso. Administradores de sistemas en empresas y organizaciones públicas podrán evaluar si tiene sentido activar la precarga de forma general, limitarla a ciertos perfiles o deshabilitarla para ahorrar memoria en puestos concretos.

En cualquier caso, el movimiento de Microsoft deja clara una realidad: la percepción de fluidez del Explorador sigue siendo un asunto sensible para los usuarios, y la compañía no puede permitirse ignorarlo si quiere que Windows 11 se consolide como un sucesor plenamente aceptado de Windows 10.

Cambios adicionales en el Explorador: menús y diseño más ordenados

Aprovechando la misma tanda de compilaciones Insider que introduce la precarga, Microsoft también está ajustando el diseño y los menús del Explorador de archivos. La empresa lleva tiempo tratando de simplificar el menú contextual —el que aparece al hacer clic derecho—, que con los años se había llenado de opciones, iconos y accesos añadidos por todo tipo de aplicaciones.

En las builds recientes, el menú se está reorganizando para agrupar comandos secundarios bajo elementos más lógicos, manteniendo visibles primero las acciones más frecuentes. Operaciones como «Comprimir en archivo ZIP», «Copiar como ruta» o «Rotar imagen» se integran en submenús y menús flotantes más claros, con el objetivo de reducir el ruido visual.

Los comandos relacionados con servicios en la nube —por ejemplo, opciones de OneDrive como «Mantener siempre en este dispositivo»— se han trasladado a menús desplegables específicos del proveedor, evitando sobrecargar el menú principal. Otras funciones, como «Abrir ubicación de la carpeta», se recolocan para un acceso más intuitivo.

Junto a esto, Microsoft está probando un nuevo menú flotante «Administrar archivo», que reúne varias acciones habituales en un único punto, y un menú contextual algo más limpio. La intención declarada es hacer que el Explorador parezca menos abrumador sin sacrificar herramientas importantes para usuarios avanzados.

No obstante, parte de la comunidad percibe estos cambios como una forma de esconder opciones que antes estaban a un clic. Lo que Microsoft describe como «simplificar», muchos lo ven como un paso más hacia menús menos directos, obligando a navegar por varios niveles para llegar a funciones que utilizaban a diario.

Impacto y hoja de ruta para usuarios en España y Europa

La función de precarga del Explorador se encuentra aún en fase de pruebas dentro del programa Windows Insider, en los canales Dev, Beta y Canary. Esto significa que, por ahora, solo un subconjunto de usuarios voluntarios la tiene activa en sus equipos y puede enviar comentarios a Microsoft a través del sistema de retroalimentación integrado.

De cara al público general, la compañía apunta a un despliegue más amplio a lo largo de 2026, con la precarga activada por defecto en las instalaciones estándar de Windows 11. En el caso de Europa, donde suelen aplicarse requisitos adicionales de transparencia y opciones para el usuario, el hecho de que la casilla aparezca en Opciones de carpeta facilitará cumplir con políticas internas de empresas y administraciones.

Para hogares y pequeñas empresas en España, el cambio debería traducirse en un Explorador que se abre más rápido tras encender el ordenador, sin que el usuario tenga que tocar nada. Quien lo prefiera, podrá desactivar la función en unos pocos pasos y recuperar el comportamiento anterior.

En entornos corporativos, los responsables de TI podrán definir si la precarga forma parte de la configuración estándar de la organización o si se deshabilita mediante directivas para preservar memoria en portátiles de gama básica o equipos muy justos. La capacidad de decidir es especialmente relevante en parques mixtos donde conviven diferentes generaciones de hardware.

Aunque Microsoft asegura que la precarga no compromete de forma significativa el rendimiento global del sistema, los próximos meses de pruebas dentro del programa Insider serán clave para detectar posibles incompatibilidades, medir el impacto real en distintas configuraciones y ajustar el comportamiento antes de que la función llegue a millones de PCs.

La decisión de Microsoft de precargar el Explorador de archivos en Windows 11 refleja hasta qué punto la velocidad percibida sigue siendo crucial en la experiencia con el sistema operativo. La combinación de esta función opcional, los ajustes en los menús contextuales y la modernización continua del Explorador apunta a un objetivo claro: que la gestión de archivos resulte más fluida y menos frustrante en el día a día, tanto para usuarios domésticos como profesionales en España y Europa, sin renunciar al control sobre cómo se usan los recursos del equipo.