- La plata ha tocado la zona de 51 $ por onza tras un fuerte repunte anual.
- El déficit de oferta y la demanda industrial (solar y electrónica) sostienen el alza.
- Resistencias en 50,90-51,00 y 52,00 $; soportes en 47,74, 45,91 y 43,78 $.
- Tensión en el mercado físico de Londres y elevada volatilidad; escenarios de 60 $ o correcciones hacia 40 $.
El precio de la plata volvió a ganar tracción y llegó a tantear la franja de los 51 dólares por onza, un nivel que no se veía desde hace varias décadas. El salto se apoya en el binomio de valor refugio e insumo industrial, así como en las expectativas de relajación monetaria en EE. UU. y en un clima de mayor incertidumbre macro.
Este impulso llega con el mercado en una fase delicada: los indicadores técnicos apuntan a condiciones de sobrecompra y a episodios de volatilidad elevada, por lo que no se descartan pausas o retrocesos antes de un nuevo tramo direccional. Aun así, el trasfondo de demanda y la restricción de oferta mantienen el sesgo de fondo favorable para el metal blanco.
Evolución reciente y niveles técnicos a vigilar
La estructura técnica sigue siendo constructiva mientras la cotización permanezca por encima de la media móvil exponencial de 100 días en el gráfico diario. El RSI de 14 sesiones ronda niveles altos (en torno a 79-80), lo que sugiere posible consolidación, sin invalidar la tendencia principal.
Por la parte alta, la zona de 50,90-51,00 $ actúa como resistencia clave al coincidir con el límite superior de la Banda de Bollinger y un umbral psicológico. Un cierre claro por encima podría abrir paso hacia el máximo histórico en 51,24 $ y, más arriba, el escalón redondo de 52,00 $.
En sentido bajista, el primer apoyo relevante se localiza en 47,74 $ (mínimo del 8 de octubre), con referencias adicionales en 45,91 $ (mínimo del 2 de octubre) y 43,78 $ (mínimo del 25 de septiembre). Perderlos aumentaría el riesgo de una corrección más profunda.
Impulsores fundamentales del precio
El mercado encadena su quinto año de déficit de oferta: la extracción no alcanza para cubrir la demanda agregada. Según Metals Focus, el desequilibrio podría rondar los 187,6 millones de onzas en 2025, una magnitud históricamente elevada que termina filtrándose a los precios.
La pata industrial representa ya cerca del 59% del consumo total, con los paneles solares como gran vector: se espera que absorban alrededor de 195,7 millones de onzas este año. A ello se suman semiconductores (IA), vehículos eléctricos y electrónica de consumo, que sostienen la presión sobre la demanda.
En el plano geográfico, India ha emergido como fuente creciente de inversión tras la aprobación de ETFs respaldados por plata, mientras que China incrementa el uso industrial para fotovoltaica y tecnologías asociadas. Dos motores asiáticos empujando en paralelo.
Contexto macro y demanda de refugio
La búsqueda de coberturas frente a la inflación, la deuda pública elevada y la incertidumbre geopolítica está reforzando el atractivo de los metales. Como sintetizan analistas del mercado, el doble rol de la plata —refugio e insumo industrial— cobra más peso cuando la política monetaria apunta a mayor flexibilidad y la economía real requiere más metal.
En palabras de operadores especializados, los grandes impulsores de esta recuperación —diversificación de reservas y crecimiento de la deuda soberana global— permanecen intactos, sosteniendo un sesgo alcista de medio plazo pese a los vaivenes de corto.
La barrera psicológica de los 50 dólares y el espejo de la historia
La zona de 50 $ ha sido históricamente difícil de superar y mantener en el tiempo. En episodios como 1980 y 2011, los acercamientos vinieron seguidos de correcciones severas. Algunos expertos hablan de “cruzar el Rubicón” para referirse a consolidar de manera creíble por encima de ese umbral.
También planea el debate sobre un posible short squeeze. Ya se han visto movimientos bruscos que acabaron en fuertes giros. Cabe contemplar retrocesos rápidos —por ejemplo hacia 45 $— sin que el contexto de fondo cambie de forma significativa, un recordatorio de que la plata es un mercado particularmente volátil.
Relación oro/plata y escenarios de valoración
La relación oro/plata ha caído por debajo de su media de 10 años, un movimiento que suele acompañar fases alcistas en metales. En un escenario hipotético donde el oro alcanzara 4.200 $ y el ratio descendiera a 70, la plata podría proyectarse hacia el entorno de 60 $. Si el oro corrigiera a 3.600 $ y el ratio subiera a 90, la valoración implícita sería cercana a 40 $.
En el muy corto plazo, la plata ha superado al oro pese a pequeñas pausas del metal amarillo. No obstante, en fases de corrección suele presentar caídas relativamente más profundas, por lo que una buena gestión del riesgo sigue siendo esencial.
Tensión en el mercado físico de Londres
Los precios al contado llegaron a superar 50,85 $, con el mercado londinense registrando escasez de metal disponible y un encarecimiento notable del préstamo. El temor a aranceles en EE. UU. ha acelerado el traslado de inventarios, mientras una parte sustancial de las barras está comprometida en bóvedas que respaldan ETFs y no fluye al mercado.
En el Comex, los futuros aún se mueven ligeramente por debajo del máximo de enero de 1980 (50,35 $). El recuerdo del intento de acaparación de los hermanos Hunt y los episodios de #SilverSqueeze subraya el potencial de picos y caídas abruptas en periodos cortos.
Cotización y objetivos técnicos de corto plazo
En intradía, la plata ha llegado a sumar alrededor de un 4,6%. Si la tendencia vigente se mantiene, los rangos históricos desde 2011 apuntan a objetivos potenciales en 59-60 $, con una resistencia intermedia en torno a 55 $ (extensión de Fibonacci del 113%).
Si el precio corrige, el área de 45 $ asoma como zona de apoyo de interés, coherente con el retroceso del 23,6% de la onda alcista iniciada en abril. Un rebote ordenado ahí mantendría la lectura tendencial a favor de los compradores.
Qué esperan los analistas
Algunos estrategas contemplan que, si el mercado vence la barrera de los 50 $ con solvencia, la plata podría estabilizarse por encima de ese nivel. Proyecciones de casas como HSBC sitúan el precio en el entorno de 55 $ en 2026, con posibilidad de moderación en la segunda mitad de ese año.
Con una mezcla de soporte macro, déficit de oferta y demanda tecnológica, el sesgo sigue siendo positivo, pero con la advertencia de siempre: no sobredimensionar posiciones en un activo que se mueve con violencia y puede alternar tramos rápidos al alza con caídas igualmente intensas.
La foto general dibuja un metal que ha recuperado zonas emblemáticas alimentado por escasez física, búsqueda de refugio y tracción industrial; los niveles técnicos marcan la hoja de ruta inmediata, con resistencias en 50,90-51,00 y 52,00 $ y soportes en 47,74, 45,91 y 43,78 $. Entre la posibilidad de extender el rally hacia 55-60 $ y el riesgo de correcciones hacia los 40-45 $, la clave pasa por gestionar la volatilidad y seguir de cerca el pulso del mercado físico.
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