- Donkey Kong Bananza utiliza la tecnología de reescalado AMD FSR1, no el DLSS de NVIDIA, a pesar de las capacidades del hardware.
- Las críticas destacan caídas de rendimiento y resolución dinámica limitada, sobre todo en modo dock.
- El modo portátil ofrece una mejor calidad visual, aunque persisten los problemas de fluidez.
- El prolongado tiempo de desarrollo y el cambio de plataforma explican la elección de tecnologías menos avanzadas.
Donkey Kong Bananza ha llegado finalmente a Nintendo Switch 2, pero su esperado debut no ha estado exento de controversia entre usuarios y expertos. Aunque muchos esperaban que la nueva consola de Nintendo sacara todo su potencial con este exclusivo, la decisión de no aprovechar la tecnología de reescalado DLSS de NVIDIA ha dejado sorprendidos a quienes confiaban en un salto técnico acorde a la nueva generación.
El análisis técnico ha puesto el foco en una cuestión clave: la elección de una tecnología de reescalado ya desfasada, AMD FSR1, en vez de apostar por el sistema inteligente de NVIDIA, que ofrece resultados superiores en otros títulos de la propia Switch 2. Esta decisión ha generado numerosos comentarios y ha hecho que el juego sea fuente de debate tanto por su calidad gráfica como por su rendimiento en las distintas modalidades de uso de la consola.
Críticas a la elección tecnológica: FSR1 en lugar de DLSS
El uso de FSR1 (FidelityFX Super Resolution 1.0) de AMD en Donkey Kong Bananza ha sido señalado como uno de los aspectos más polémicos del lanzamiento. Según Digital Foundry y otros expertos, la Nintendo Switch 2 dispone del hardware necesario para utilizar DLSS, el reescalado por inteligencia artificial de NVIDIA, pero en su lugar la desarrolladora ha apostado por una técnica más antigua y limitada, complementada con SMAA para el suavizado de bordes.
Esto se traduce en que los gráficos del juego muestran menos definición, especialmente en edges y en los detalles más finos. En pantallas grandes se aprecia una imagen más borrosa y suavizada de lo deseable para un título estrella, lo que ha llevado a muchos jugadores a preguntarse por qué no se ha actualizado el apartado gráfico si existía la opción técnica.
Resolución y rendimiento: mejor en portátil, problemas en modo dock
Durante las pruebas, se ha verificado que Donkey Kong Bananza presenta resoluciones dinámicas entre 1080p y 1200p cuando se juega con la consola conectada al televisor. Sin embargo, el rendimiento cae en momentos clave, como en combates contra jefes o ciertas animaciones, donde la tasa de frames se desploma de 60 FPS a 30 FPS.
Se ha detectado que en modo portátil la experiencia mejora, ya que la resolución se ajusta a los 1080p nativos de la pantalla, disimulando parte de los defectos visuales. Pese a ello, el framerate sigue sin ser perfectamente estable, debido a un V-Sync de doble búfer y a una implementación de VRR limitada, que apenas alivia las fluctuaciones cuando la cantidad de imágenes por segundo baja de 40 FPS.
Esta diferencia entre el modo dock y el modo portátil resulta extraña para un lanzamiento exclusivo de Nintendo, acostumbrada a priorizar la calidad gráfica en la experiencia de sobremesa.
El largo desarrollo y las explicaciones de Nintendo
El motivo de esta elección parece estar relacionado con el prolongado desarrollo del juego. Según el equipo de Donkey Kong Bananza, el proyecto estuvo en producción durante ocho años y se pensó originalmente para la primera Nintendo Switch, lo que condicionó gran parte de las técnicas empleadas.
El cambio de plataforma a última hora, motivado por el deseo de incluir tecnología voxel y físicas de destrucción ambiental más avanzadas, obligó a mantener soluciones ya implementadas, como el uso de FSR1, en vez de actualizar todo el sistema gráfico para la Switch 2. Esta transición justifica, en parte, que no se aprovechara de inmediato el DLSS, aunque muchos consideran que el resultado es mejorable.
Opiniones de la crítica y la comunidad
Expertos como John Linneman de Digital Foundry han subrayado que, aunque el diseño artístico y la física destructible resultan llamativos, el balance entre calidad visual y fluidez podría haberse gestionado mejor si se hubiera adaptado el juego a las novedades de la consola. El análisis sugiere que la experiencia gráfica, especialmente en pantallas grandes, no está a la altura del potencial teórico del hardware.
Por otro lado, la comunidad destaca que el precio de Donkey Kong Bananza se mantiene en la línea habitual de lanzamientos premium, y que algunos usuarios ya experimentan el juego en emuladores a resoluciones superiores y con mayor estabilidad, algo que añade más presión sobre Nintendo de cara a parches o futuras actualizaciones.
Este lanzamiento termina dejando una sensación agridulce entre los fans y la prensa: el regreso de uno de los grandes nombres del catálogo se ve ensombrecido por decisiones técnicas que, aunque motivadas por causas de desarrollo, no cumplen con las expectativas puestas en la nueva consola. Resta ver si Nintendo responde con mejoras a corto plazo y si los próximos exclusivos logran aprovechar mejor todo el músculo de la Switch 2.
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