- Rumores señalan precio de 499 dólares y lanzamiento orientado a 2027.
- Project Amethyst: Neural Arrays, Radiance Cores y Universal Compression.
- Especificaciones filtradas: Zen 6, RDNA 5, GDDR7 y enfoque en 4K a altos FPS.
- Datos sin oficializar; Sony aún no ha anunciado PS6 ni fechas definitivas.
Con las quinielas de la próxima generación en plena ebullición, una nueva oleada de filtraciones sitúa a la futura PS6 como una consola ambiciosa pero con un coste razonable. Según varias fuentes habituales del sector, Sony barajaría un PVP de 499 dólares y una llegada prevista dentro de unos años, siempre supeditada a los ritmos de desarrollo y a la situación del mercado.
En paralelo, la colaboración técnica entre Sony y AMD habría dado forma a un plan de arquitectura para los próximos sistemas bajo el paraguas de Project Amethyst. En esa hoja de ruta asoman tres pilares —Neural Arrays, Radiance Cores y Universal Compression— orientados a elevar el rendimiento sin disparar el consumo y a integrar mejor las capacidades de IA en el propio hardware.
Precio y ventana de lanzamiento: qué apuntan las filtraciones
El creador de contenido Moore’s Law Is Dead, con un historial mixto pero conocido en hardware, asegura que Sony intentará un posicionamiento agresivo con un precio de salida de 499 dólares. Esta cifra contrastaría con pronósticos más pesimistas que auguraban un coste por encima de los mil euros, aunque, como siempre, hablamos de estimaciones no confirmadas.
En cuanto a fechas, distintos insiders alinean sus apuestas con una ventana a finales de 2027. Algunas hojas de ruta internas situarían ese horizonte como objetivo, si bien cualquier ajuste en producción o en la cadena de suministro podría desplazarlo unos meses.
No existe confirmación oficial por parte de Sony ni detalles públicos sobre el precio definitivo o el calendario. Incluso con filtradores que han acertado en el pasado, toca prudencia hasta que la firma japonesa mueva ficha.
Project Amethyst: la hoja de ruta técnica
En un reciente vídeo técnico, Mark Cerny (arquitecto de PlayStation) y Jack Huynh (AMD) explican que los juegos actuales cargan cada vez más en físicas, iluminación y sincronización CPU-GPU, y que la fuerza bruta deja de ser escalable. La propuesta pasa por combinar renderizado tradicional con IA, apoyándose en soluciones como FSR y PSSR para mejorar calidad y rendimiento.
Los llamados Neural Arrays rediseñarían la organización de los bloques de la GPU para acelerar tareas de aprendizaje automático: reescalado inteligente, reconstrucción de imagen o animación asistida. Su objetivo es descargar a los shaders de trabajo repetitivo y estabilizar los fotogramas.
Los Radiance Cores actuarían como núcleos dedicados a trazado de rayos y path tracing, gestionando reflejos, sombras y refracciones con mayor eficiencia. De este modo, la GPU principal y la CPU reducirían carga para otras tareas del juego.
Por último, Universal Compression unificaría la compresión de datos y texturas para optimizar el ancho de banda efectivo de la memoria y recortar tiempos de carga. La compresión adaptativa decidiría qué comprimir y cuándo, priorizando lo que más impacto tiene en cada escena.
Rendimiento y especificaciones que se barajan
Al margen de la arquitectura, varias filtraciones describen un conjunto de componentes de nueva generación, siempre en clave orientativa y sin sello oficial. Entre los puntos más repetidos figuran CPU Zen 6, GPU RDNA 5 y memoria GDDR7 con buses más anchos.
- CPU de 8 núcleos basada en arquitectura Zen 6.
- GPU integrada RDNA 5 con entre 40 y 48 unidades de cómputo a ~3 GHz.
- Memoria GDDR7 con bus de 160 o 192 bits.
- Placa base con objetivo de consumo alrededor de 160 W.
En rendimiento bruto, se habla de hasta el triple de una PS5 (y aproximadamente el doble de PS5 Pro) en rasterización y cálculo general. El foco estaría en mover la mayoría de títulos a 4K con altas tasas de refresco —120 FPS cuando sea posible— por encima de perseguir un 8K testimonial.
También gana fuerza la idea de retrocompatibilidad con catálogos de PS4 y PS5, algo que facilitaría la transición y permitiría aprovechar la base instalada mientras llegan los primeros desarrollos nativos.
Si se cumplen los objetivos de eficiencia, un consumo en torno a 160 W encajaría con el discurso de rendimiento sostenido, siempre con la prudencia debida al tratarse de hardware aún en diseño y validación.
Estrategia de precio y contexto competitivo
Más allá de las especificaciones, la estrategia de precio será decisiva. Con la sensibilidad del usuario a flor de piel tras subidas en servicios como PlayStation Plus, un PVP contenido podría marcar diferencias en la recepción de la nueva máquina, algo que ya ocurrió con la PlayStation original.
El movimiento tampoco ocurrirá en el vacío: filtraciones señalan que Microsoft prepara su propia plataforma con un chip llamado Magnus y que muchas de estas mejoras de AMD llegarán también a otras marcas, lo que eleva el listón de la próxima generación en su conjunto.
Qué queda por confirmar y qué señales tenemos
Mark Cerny ha deslizado que está deseando llevar estas tecnologías a una futura consola en unos años, una frase que la comunidad ha interpretado como guiño a la sucesora de PS5, sin fechas ni promesas cerradas.
Por parte de AMD, el mensaje va en la línea de poner estas herramientas al alcance de desarrolladores y plataformas múltiples, reforzando la idea de que la innovación vendrá de la mano de soluciones compartidas y maduradas con el ecosistema.
Con el material actual, todo apunta a una PS6 potente, más eficiente y con un enfoque claro en IA y compresión de datos; aun así, las cifras y el calendario seguirán siendo provisionales hasta que lleguen los anuncios oficiales.
Si los rumores aciertan, PS6 combinaría precio contenido, lanzamiento en 2027 y una arquitectura orientada a IA con especificaciones de última hornada; hasta que Sony lo confirme, conviene seguir las pistas con calma y espíritu crítico.
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