¿Notas que tu PC va más lento desde que instalaste Windows 11? No eres el único. Muchos usuarios han observado con preocupación una considerable disminución en el rendimiento de su equipo. Si tras instalar Windows 11 el ordenador va lento, aquí te explicamos los motivos y las soluciones que puedes aplicar.
Tras instalar Windows 11 el ordenador va lento: Motivos
Con el final del soporte para Windows 10 a la vuelta de la esquina, muchos usuarios han decidido dar el salto a Windows 11. Si bien han conseguido actualizar su equipo a la versión más reciente, el resultado no ha sido el esperado. En muchos casos, tras instalar Windows 11 el ordenador va lento, y la experiencia de uso resulta fatal. ¿Por qué?
Las razones son muchas y muy diversas: desde hardware insuficiente hasta configuraciones incorrectas. Si el cambio de versión no le hizo bien a tu PC, es casi seguro que se deba a una deficiencia en el hardware. Si a esto le sumamos procesos innecesarios, demasiadas aplicaciones de inicio o controladores desactualizados, la lentitud será exasperante. Detallemos mejor los motivos por los que tras instalar Windows 11 el ordenador va lento.
Requisitos mínimos insuficientes
Que tu ordenador haya sido capaz de recibir la instalación de Windows 11 es genial, pero aún no cantes victoria. El hecho de que cumpla con los requisitos mínimos para instalar Windows 11 no significa que vayas a disfrutar de una buena experiencia de uso. La realidad es que muchos de los equipos compatibles solo alcanzan para arrancar el sistema, pero se quedan cortos en el apartado de rendimiento.
¿Y cuáles son los requisitos mínimos para instalar Windows 11? ¿Cuál es el nivel recomendado para tener una experiencia de uso óptima, o al menos decente? Si tras instalar Windows 11 el ordenador va lento, verifica si cumple con las siguientes especificaciones mínimas:
- Procesador: CPU de 64 bits compatible (Intel de 8ª generación o AMD Ryzen 2000), de al menos 1 GHz con dos núcleos.
- 4 GB de memoria RAM y un disco duro HDD con al menos 64 GB disponibles.
Si tienes un ordenador con estas características, es muy probable que Windows 11 experimente una caída de rendimiento. Esto es especialmente cierto si abres varios programas al mismo tiempo o ejecutas procesos exigentes.
¿Qué disco duro tienes? ¿HDD o SSD?
Si tu PC utiliza un disco duro mecánico como almacenamiento principal, es comprensible que Windows 11 vaya lento. Este sistema operativo está optimizado para funcionar en discos SSD, que ofrecen mayor velocidad de lectura y escritura. En cambio, los discos duro mecánicos (HDD) no soportan la carga de varias aplicaciones ni ejecutan el sistema operativo con la rapidez deseada.
Procesos innecesarios y aplicaciones en segundo plano
Si tras instalar Windows 11 el ordenador va lento, la causa puede estar en los procesos innecesarios y las aplicaciones que se ejecutan en segundo plano. Windows 11 es genial, pero está repleto de aplicaciones, servicios y procesos que no hacen más que consumir recursos. Este hecho puede afectar negativamente el rendimiento del ordenador, sobre todo si va justito con los requisitos mínimos.
Controladores desactualizados o incompatibles
Otra posible razón por la que el ordenador va lento tras instalar Windows 11 tiene que ver con los controladores del hardware. Recuerda que, cuando instalas un nuevo sistema operativo, algunos controladores pueden quedar obsoletos o no ser completamente compatibles. Esto es especialmente común en tarjetas gráficas o componentes de audio.
Tras instalar Windows 11 el ordenador va lento: Soluciones
Conocidos los motivos, es más fácil encontrar soluciones si tras instalar Windows 11 el ordenador va lento. Hacer algunos ajustes o aplicar pequeñas mejoras en el hardware puede ser suficiente para disfrutar de una experiencia de uso más fluida. Y en los equipos que apenas cumplen con los requisitos mínimos, conviene aplicar todas las medidas que mencionaremos a continuación.
Actualiza componentes clave
Actualizar el hardware siempre es recomendable, en especial si acabas de pasarte a Windows 11 y notas lentitud en el equipo. Entre los componentes que debes reemplazar para mejorar el rendimiento del equipo está la memoria RAM y la unidad de almacenamiento. Si apenas tienes 4 GB de memoria RAM, lo mejor es llevarla a 8 o 16 GB para optimizar la ejecución de procesos.
En el caso del almacenamiento, reemplazar el disco mecánico (HDD) por uno SSD transformará por completo el rendimiento de Windows 11. Verás que los tiempos de carga de aplicaciones, el arranque del sistema y la velocidad general mejoran significativamente. Y si la lentitud continúa, es momento de aplicar las siguientes medidas.
Controla las aplicaciones de inicio
Si el equipo demora demasiado en el arranque, prueba desactivando algunas aplicaciones de inicio. Para ello, sigue estos pasos:
- Presiona Ctrl + Shift + Esc para abrir el Administrador de tareas.
- Ve a la pestaña Inicio.
- Desactiva los programas que no necesites que se ejecuten en el arranque, priorizando los de mayor impacto.
Inhabilita los procesos innecesarios
Cuando hay muchos procesos ejecutándose en segundo plano, es inevitable que Windows 11 vaya lento, sobre todo si tienes poca memoria RAM. En estos casos, lo mejor que puedes hacer es desactivar las aplicaciones en segundo plano yendo a Configuración – Sistema – Aplicaciones en segundo plano.
Libera espacio en el disco si tras instalar Windows 11 el ordenador va lento
Liberar espacio en el disco puede ser útil si tras instalar Windows 11 el ordenador va lento. Mientras más espacio de almacenamiento haya, mejor se comportará el equipo. Para borrar la basura, haz clic en Windows + R, escribe %temp% y elimina los archivos temporales. También puedes usar herramientas nativas como Microsoft PC Manager para optimizar Windows 11, borrar caché y acelerar su funcionamiento.
Desactiva los efectos visuales y transparencias
Nada mejor para acelerar Windows 11 que desactivar los efectos visuales y las transparencias. La interfaz no lucirá su mejor aspecto, pero sí que ganará más soltura y fluidez. Para desactivar las animaciones y transparencias, haz clic en Inicio, escribe Opciones de rendimiento, ve a la pestaña Efectos visuales y seleccionar la opción Ajustar para un mejor rendimiento.
Mantén Windows y sus controladores actualizados
Por último, asegúrate de tener actualizados el sistema operativo y los controladores de tarjetas y periféricos. Para ello, puedes valerte de Windows Update para buscar e instalar las últimas actualizaciones de Windows 11. Por otro lado, Abre el Administrador de dispositivos y fíjate si hay alguno que esté acompañado de un icono de advertencia (!). Haz clic derecho sobre él y selecciona Actualizar controlador. También puedes descargar los últimos drivers desde el sitio web del fabricante (Intel, AMD, NVIDIA, etc.).
Desde muy joven he sentido una gran curiosidad por todo lo relacionado con los avances científicos y tecnológicos, en especial aquellos que nos hacen la vida más fácil y entretenida. Me encanta estar al tanto de las últimas novedades y tendencias, y compartir mis experiencias, opiniones y consejos sobre los equipos y gadgets que uso. Esto me llevó a convertirme en redactor web hace poco más de cinco años, enfocado principalmente a los dispositivos Android y sistemas operativos Windows. He aprendido a explicar con palabras simples aquello que resulta complicado para que mis lectores puedan entenderlo fácilmente.