Dekoda de Kohler: la cámara del inodoro que monitoriza tu salud intestinal

Convertir el baño en un punto de control de salud ya no suena a ciencia ficción: Kohler ha presentado Dekoda, una cámara que se instala en el inodoro para interpretar señales clave sobre el estado digestivo y la hidratación a partir de lo que dejamos en la taza.

Sin florituras, la propuesta apunta a la prevención y al seguimiento cotidiano: el dispositivo toma imágenes del interior del váter y, con ayuda de algoritmos, genera información que puede orientar cambios de hábitos o avisar de posibles anomalías.

Qué es Dekoda y qué mide

La idea es directa: un módulo de 599 dólares que se acopla al borde del inodoro capta lo que ocurre dentro de la taza, sin mirar fuera, para analizar parámetros relacionados con la digestión y el nivel de hidratación.

Entre sus capacidades, la detección de sangre oculta en las heces y patrones compatibles con alteraciones gastrointestinales se combinan con indicadores de hidratación para ofrecer una visión más amplia del día a día intestinal.

Según la compañía, la clave está en el software: modelos de análisis automatizado (IA) interpretan las imágenes y convierten esas señales en métricas y tendencias que el usuario puede consultar de forma sencilla.

Para cerrar el círculo, la aplicación asociada presenta informes y alertas tempranas que ayudan a entender qué está pasando y a compartir, si se desea, esa información con profesionales sanitarios.

Cómo funciona y cómo identifica a cada persona

El sistema se activa cuando detecta uso del inodoro y la cámara apunta hacia abajo para evitar capturas inapropiadas; todo sucede de manera automática y sin necesidad de intervenir en cada ocasión.

Para diferenciar usuarios, Dekoda incorpora un lector de huellas dactilares que permite asociar cada sesión con la persona correcta y así mantener un historial individual con datos y recomendaciones personalizadas. En lo práctico, el módulo integra batería recargable y conexión USB, pensado para un mantenimiento sencillo y recargas puntuales sin tener que desmontar medio baño.

Con esta identificación biométrica, los perfiles familiares quedan separados, lo que evita cruces de datos y mejora la precisión de los análisis a lo largo del tiempo.

Privacidad y tratamiento de datos

La privacidad es el gran tema cuando hay cámaras de por medio, y aquí la empresa intenta despejar dudas: Dekoda solo captura el contenido de la taza, no graba nada del entorno, ni a las personas ni el cuarto de baño.

Respecto a la seguridad, los datos viajan y se almacenan con cifrado de extremo a extremo, una medida que busca impedir accesos no autorizados y limitar el tratamiento a los fines de análisis de salud. La compañía subraya que el diseño prioriza el anonimato y el control del usuario, de manera que cada perfil gestiona qué se guarda, qué se comparte y durante cuánto tiempo.

Precio, planes y disponibilidad

El hardware tiene un precio de salida de 599 dólares, con reservas ya activas en el sitio oficial de la marca y primeros envíos a partir del 21 de octubre.

Además, el servicio requiere una suscripción mensual o anual para acceder a la plataforma de análisis, con planes que van de 70 a 156 dólares en función de las prestaciones y la periodicidad elegida.

En esa cuota se incluye el acceso a informes, métricas históricas y alertas personalizadas, un punto clave si el objetivo es hacer seguimiento continuo y no solo consultas puntuales.

Para quién puede tener sentido y qué dudas quedan

Aunque no será para todo el mundo, puede resultar útil a quienes padecen problemas digestivos recurrentes o siguen tratamientos que exigen monitorización frecuente de indicadores intestinales. También encaja en perfiles que buscan prevención y hábitos más conscientes, ya que la información recogida puede orientar ajustes en dieta, hidratación y rutina.

Quedan preguntas abiertas, como el mantenimiento: la limpieza y la experiencia de uso a medio plazo son aspectos que la compañía aún detalla de forma limitada en su web, y que muchos usuarios querrán conocer antes de decidirse.

Más allá del factor curiosidad, la propuesta encaja en la tendencia de llevar la analítica al hogar, con dispositivos que convierten gestos cotidianos en datos accionables para cuidar de la salud.

Con este lanzamiento, Kohler entra en el terreno de la monitorización doméstica con un enfoque poco habitual pero práctico: transformar el inodoro en una herramienta de observación que complemente la consulta médica cuando haga falta.

El conjunto de prestaciones —análisis automático, perfiles por huella, cifrado y app con informes— sitúa a Dekoda como una opción a considerar para quienes necesitan control continuado, siempre con la cautela lógica ante un dispositivo tan íntimo. Dekoda propone una vigilancia discreta de la salud intestinal desde el cuarto de baño, combinando hardware especializado, IA y una plataforma de seguimiento que quiere convertir información que antes se perdía en datos útiles y accionables.