- Google firma un acuerdo de 3 a 5 años con TSMC para producir chips Tensor para Pixel
- El Tensor G5 será el primer chip fabricado por TSMC en proceso de 3 nanómetros
- La eficiencia térmica y energética mejorará respecto a generaciones anteriores
- Google mantiene el diseño propio del chip, pero apuesta por la fabricación avanzada taiwanesa
En los últimos días, Google ha sacudido el panorama tecnológico con la confirmación de un acuerdo clave para el futuro de sus procesadores Tensor, presentes en los teléfonos Pixel. La compañía abandona definitivamente la fabricación de Samsung para asociarse con la taiwanesa TSMC, un movimiento que supone un antes y un después tanto para la estrategia de hardware de Google como para la propia competencia en el mercado de smartphones.
La decisión de pasar de Samsung a TSMC se ha ido fraguando tras varias generaciones de Tensor que, pese a ofrecer interesantes capacidades de inteligencia artificial, se han quedado algo rezagados en potencia y eficiencia térmica respecto a otros fabricantes como Qualcomm o Apple. El cambio busca ofrecer una experiencia más equilibrada y robusta de cara a los próximos Pixel, sobre todo los modelos más avanzados.
Un contrato de varios años: Tensor bajo el sello TSMC hasta el Pixel 14
Según diversas fuentes y un informe de DigiTimes, Google ha asegurado la producción de sus chips con TSMC durante, al menos, los próximos 3 a 5 años. Esto permitiría mantener la colaboración hasta el lanzamiento del Pixel 14, abarcando toda una generación de dispositivos clave para la compañía.
Ejecutivos de Google visitaron Taiwán recientemente para cerrar los detalles del acuerdo, lo que implica una apuesta a largo plazo por la tecnología de TSMC. Este fabricante es reconocido por su capacidad para producir en nodos avanzados, como el de 3 nanómetros, que se utilizará por primera vez en el Tensor G5 destinado al Pixel 10.
Ventajas técnicas: de la eficiencia al avance en inteligencia artificial
Con el salto al proceso de 3nm de TSMC, los nuevos Tensor prometen mejoras en eficiencia energética y disipación térmica. Las pruebas iniciales en modelos previos ya apuntaban a una reducción en consumo y temperatura, algo crucial para el uso intensivo de IA en los Pixel.
El hecho de que Google siga diseñando sus chips, pero delegue la fabricación a TSMC, permite una mayor personalización y control sobre los sistemas de procesamiento de señales de imagen (ISP) y sobre componentes dedicados a la inteligencia artificial. Esto se traduce en nuevas funciones fotográficas y de vídeo impulsadas por IA, así como avances en software como la edición generativa en Google Fotos o herramientas tipo Magic Editor para vídeos.
Una estrategia para competir con Apple, Qualcomm y MediaTek
La llegada del Tensor G5 fabricado por TSMC no solo es relevante para el Pixel 10. Este cambio acerca a Google a la estrategia de compañías como Apple y Qualcomm, quienes recurren a TSMC para asegurar la vanguardia en tecnología de semiconductores.
Mientras Samsung sigue afrontando retos en el rendimiento de sus nodos más avanzados y sus tasas de éxito, TSMC mantiene ventaja tecnológica. No solo tiene bajo control la producción en 3nm, sino que ya ha iniciado pedidos para su futura tecnología de 2nm, lo que garantiza que los socios más fieles podrán acceder a las mejores innovaciones del sector.
Impacto en la gama Pixel y sus novedades asociadas
El Pixel 10 será el primero en estrenar el Tensor G5 bajo fabricación de TSMC. Según las filtraciones, además de las ventajas técnicas, la nueva generación de Pixel apostará fuerte por la diferenciación entre los modelos base y Pro. Habrá cambios en el hardware fotográfico, pero la clave estará en el software y en la integración profunda de la IA, aprovechando el potencial del nuevo chip.
Se espera que el Pixel 10 incorpore funciones avanzadas como grabación 4K HDR a 60fps, edición de vídeo potenciada por inteligencia artificial y mejoras notables en fotografía nocturna y retrato. Además, el acuerdo permitirá a Google adaptarse rápidamente a futuros avances en diseño de chips, asegurando que la experiencia Pixel siga evolucionando.
Este paso, que marca el inicio de una nueva etapa en la fabricación de procesadores para Google, refuerza su apuesta por el control y la diferenciación tecnológica, alineándose con las tendencias del sector y respondiendo a las exigencias de usuarios que buscan cada vez más rendimiento, inteligencia y autonomía en sus dispositivos móviles.
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