- Microsoft afirma no haber hallado vínculo entre la actualización de Windows 11 y los fallos en SSD
- Phison realizó más de 4.500 horas de pruebas sin poder reproducir el error
- Los reportes se concentran en cargas de escritura intensivas y unidades con más del 60% ocupado
- Se recomienda hacer copias de seguridad y evitar transferencias muy grandes hasta aclarar el origen
La conversación sobre un posible fallo de SSD relacionado con Microsoft ha dado un giro después de varios días de informes y cruces de declaraciones. La compañía sostiene ahora que, tras analizar el caso con sus socios, no hay pruebas que vinculen la última actualización de Windows 11 con las incidencias reportadas por parte de algunos usuarios.
Aun así, quienes aseguran haber sido afectados describen síntomas muy concretos y repetidos, por lo que la investigación continúa abierta. En este artículo recopilamos qué se ha dicho oficialmente, qué condiciones se repiten en los casos denunciados y qué medidas de prudencia conviene aplicar mientras se aclaran todos los detalles.
Qué se ha reportado y cuándo
Los primeros avisos llegaron a mediados de agosto: tras instalar determinadas —principalmente KB5063878 y, en menor medida, KB5062660—, algunos equipos dejaron de reconocer sus unidades de almacenamiento durante operaciones de escritura intensivas.
En múltiples testimonios se repiten dos condiciones: intentar mover o guardar más de 50 GB de datos de una tacada y tener la unidad por encima del 60% de su capacidad. En esos escenarios, algunos usuarios relatan que el disco desaparecía del sistema, e incluso de la UEFI/BIOS, aunque en ciertos casos un simple reinicio devolvía la unidad a la vida.
Entre los reportes iniciales figuran mensajes de comunidades como Reddit y foros locales —con mención temprana de usuarios japoneses—, siempre con el patrón de cargas pesadas y trabajos de escritura prolongados como detonante del problema.
La postura oficial de Microsoft
Tras abrir una investigación y colaborar con varios fabricantes, Microsoft sostiene que no ha encontrado relación entre la actualización de seguridad de agosto y los fallos descritos. Según la compañía, ni las pruebas internas ni la telemetría muestran un aumento de incidencias tras instalar el parche.
Además de las verificaciones de laboratorio, la firma de Redmond indica que no ha podido reproducir el error en entornos de prueba actualizados, y que seguirá recopilando datos de nuevos casos para acotar cualquier posible causa. Como referencia, Microsoft ya ha reconocido en el pasado problemas graves cuando hubo evidencia sólida, lo que da contexto a su actual negativa de vinculación.
Qué dice la industria: el caso Phison
El fabricante de controladoras Phison comunicó que ha completado más de 4.500 horas de ensayos y unos 2.200 ciclos de pruebas sin poder replicar los fallos. Asegura, además, que sus socios y clientes no han reportado incidencias consistentes a través de canales formales.
En paralelo, desde el sector se apunta a factores operativos que podrían agravar comportamientos anómalos bajo carga, como una disipación térmica deficiente en determinadas configuraciones. Sin afirmar una causa única, la industria coincide con Microsoft en que, a día de hoy, no hay evidencia concluyente que incrimine a la actualización.
Modelos citados y condiciones comunes en los casos
En los hilos de quejas aparecen referencias a unidades como Corsair Force MP600, SanDisk Extreme Pro, series de Kioxia Exceria, controladoras Maxio, InnoGrit y modelos con controladores Phison. También se mencionan casos aislados como un WD Blue SA510 (2 TB), siempre bajo cargas de escritura continuadas y con la unidad bastante llena.
Es importante subrayar que, comparado con el parque instalado de SSD, el número de reportes sigue siendo reducido. Aunque los síntomas —unidades que desaparecen, errores de lectura/escritura y, en ocasiones, corrupción de datos— suenan serios, la escala sugiere incidentes puntuales más que un fallo generalizado.
Medidas de prudencia y pasos recomendados
Sin indicios firmes que apunten a la actualización, conviene aplicar una prudencia razonable mientras se siguen recopilando datos. Estas pautas ayudan a minimizar riesgos en escenarios de carga elevada.
- Haz copias de seguridad periódicas de tus archivos críticos (local y/o en la nube).
- Evita, si es posible, transferencias de decenas de gigabytes cuando el SSD esté por encima del 60% de uso.
- Revisa el estado SMART y la temperatura de la unidad; considera disipadores o almohadillas térmicas si trabajas con cargas intensivas.
- Mantén al día firmware y controladores del almacenamiento; valora pausar temporalmente Windows Update si notas comportamientos extraños.
- Si el equipo deja de reconocer la unidad, prueba un reinicio y, de persistir, reporta el caso por los canales oficiales de soporte.
Con estas medidas, y a la espera de más datos, la mayoría de usuarios debería poder seguir trabajando con normalidad, reduciendo la exposición a escenarios extremos que parecen estar detrás de los casos descritos.
La fotografía actual es clara: tanto Microsoft como varios actores del hardware indican que no hay evidencia de que la actualización de Windows 11 sea la causa directa de los fallos en SSD; mientras tanto, la comunidad técnica sigue atenta a nuevos reportes y a encontrar la tecla que explique por qué en unas pocas configuraciones se reproduce un problema que no aparece en las pruebas controladas.
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