- Google dejará de fabricar sus chips Tensor con Samsung y apostará por TSMC para el Pixel 10 y futuros modelos.
- El cambio responde a la superioridad técnica y de eficiencia de TSMC, además de los problemas de sobrecalentamiento y autonomía con los chips anteriores.
- Samsung se ha visto sorprendida y ha iniciado una revisión interna para analizar la pérdida de Google como cliente de su fundición.
- Los nuevos Pixel 10 llegarán con mejoras de IA, batería y fotografía, y un rediseño que apunta a diferenciarse de la generación anterior.
Aunque ya veníamos avisando, el panorama de la fabricación de chips para móviles acaba de dar un giro interesante con la decisión de Google de confiar la producción de su procesador Tensor G5, destinado a la nueva serie Pixel 10, a TSMC en lugar de Samsung. La noticia ha sacudido a la industria y ha generado numerosas reacciones, tanto por parte de la propia Samsung como en medios especializados y entre los usuarios más atentos a la evolución tecnológica del sector.
Durante los últimos años, Samsung había sido la encargada de producir los chips Tensor personalizados de Google, integrados en anteriores generaciones de los Pixel. Sin embargo, los resultados no siempre han estado a la altura, con críticas recurrentes hacia problemas de sobrecalentamiento, gestión energética y autonomía inferior a la esperada frente a la competencia.
El salto de Google a TSMC: motivos y consecuencias
La decisión de Google de apostar por TSMC para fabricar sus próximos procesadores Tensor G5 responde a varios factores clave. TSMC es reconocida por su liderazgo en el sector, fabricando chips para compañías como Apple, Qualcomm y MediaTek, y ofreciendo un proceso de fabricación más avanzado, eficiente y fiable que el de Samsung, especialmente en los nodos de 3nm que se emplearán en la próxima generación de Pixel.
Según informaciones de diferentes fuentes coreanas e internacionales, el cambio ha pillado por sorpresa a Samsung, que no esperaba perder el contrato con Google. La reacción ha sido inmediata: la división de semiconductores de Samsung ha iniciado una profunda revisión interna para entender los motivos, en lo que ellos mismos describen como «el incidente Google». Internamente, se reconoce que perder a Google como cliente pone en evidencia los desafíos estructurales y tecnológicos que enfrenta la fundición coreana.
Uno de los argumentos más contundentes que ha jugado en contra de Samsung ha sido la baja rentabilidad en la fabricación de chips con el proceso de 3nm, donde TSMC ha logrado un rendimiento cercano al 90% frente al 50% de Samsung. Además, la falta de activos suficientes en diseño y recursos para desarrollar chips totalmente personalizados ha quedado patente en los últimos años.
La decisión de Google no es meramente coyuntural, ya que los acuerdos apuntan a que TSMC seguirá siendo el socio de referencia para fabricar chips Tensor en las siguientes generaciones, al menos hasta el Pixel 14. Esta estrategia busca garantizar mejoras notables en eficiencia, autonomía y gestión térmica, así como dar un salto cualitativo en integración de funcionalidades de inteligencia artificial.
Impacto en Samsung y en el mercado de chips
La repercusión para Samsung va mucho más allá de una simple pérdida contractual. La salida de Google como cliente pone el foco en las dificultades que atraviesa su división de fundición, que viene sufriendo una fuga progresiva de clientes en favor de TSMC, como ya ocurrió en el pasado con Apple. En el seno de la empresa se están planteando incluso reformas drásticas para ganar competitividad, desde la posible escisión de la fundición hasta reorganizaciones en el área de semiconductores.
El reto es especialmente relevante de cara al futuro. Samsung confía en su próximo procesador Exynos 2600, fabricado en una nueva litografía de 2nm y previsto para la serie Galaxy S26, como posible revulsivo. Sin embargo, los últimos informes apuntan a retrasos y problemas técnicos que no auguran una recuperación sencilla.
En el trasfondo de esta situación está también la relación, cada vez más compleja, entre Google y Samsung no solo como cliente y proveedor, sino como competidores directos en segmentos estratégicos como los móviles plegables y la inteligencia artificial aplicada a smartphones.
Las novedades del Pixel 10 gracias a TSMC
El Pixel 10 llega con mejoras de hardware gracias al salto a los chips producidos por TSMC. El procesador Tensor G5 se fabricará bajo el proceso de 3nm, lo que promete móviles más eficientes, con mejor rendimiento y mayor autonomía respecto a generaciones anteriores. Google mantendrá inicialmente los núcleos Arm Cortex, aunque se espera una futura incorporación de una GPU Imagination DXT con soporte para funciones gráficas avanzadas como el ray tracing.
En la gama, se prevé el lanzamiento de varios modelos: Pixel 10, Pixel 10 Pro, Pixel 10 Pro XL y posiblemente el Pixel 10 Pro Fold. Todos incorporarán el nuevo chip Tensor, mejoras en la memoria (hasta 16GB de RAM en los modelos más avanzados) y opciones de almacenamiento ampliadas.
Se filtraron detalles sobre una triple cámara en el Pixel 10 estándar, diferenciando claramente los modelos base y Pro. También se esperan nuevas funciones de software basadas en inteligencia artificial: asistencia personalizada con Pixel Sense, edición de vídeo con IA generativa, estabilización avanzada y una gestión más inteligente de carga y batería.
En relación a la pantalla, se anticipan paneles AMOLED más brillantes (hasta 2.700 nits), mejoras en la frecuencia de PWM para reducir parpadeos y mayor sofisticación en la interacción táctil incluso con la pantalla mojada. Además, circulan rumores sobre mejores altavoces y nuevas tonalidades en la carcasa, dejando atrás colores tradicionales como Obsidian y Porcelain en favor de opciones como Ultra Blue, Limoncello o Midnight.
La apuesta de Google por TSMC representa un cambio decisivo en su estrategia de hardware móvil. Este movimiento busca superar los problemas recientes en sus teléfonos y competir de igual a igual con los principales actores del mercado, tanto en prestaciones como en experiencia de usuario. Mientras tanto, Samsung enfrenta un período de autocrítica y probable reestructuración en un mercado cada vez más competitivo y exigente.
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