Un ordenador gaming es mucho más que solamente una máquina para disfrutar de videojuegos. En realidad, se trata de una plataforma especialmente diseñada para ofrecer una experiencia de juego de alta calidad: más velocidad, mejores gráficos, más rendimiento… Obviamente, disfrutar de todo eso supone un mayor consumo de energía.
Y es que, a diferencia de los ordenadores convencionales, estos sistemas disponen de componentes de alto rendimiento: desde tarjetas gráficas (GPU) y procesadores (CPU) más potentes de lo normal, hasta sistemas de enfriamiento avanzados para que el ordenador pueda soportar largas y exigentes sesiones de gaming.
Características de un ordenador gaming
Estas son las características principales de un ordenador diseñado para gaming, las cuales le definen exactamente para el propósito para el que ha sido concebido:
- Tarjeta gráfica (GPU) para gestionar el procesamiento de gráficos.
- Procesador (CPU) de alto rendimiento, imprescindible para ejecutar juegos y aplicaciones exigentes sin tener que sufrir molestas interrupciones.
- Memoria RAM de entre 16 GB y 32 GB, lo cual garantiza un rendimiento fluido en juegos modernos.
- Almacenamiento SSD, elemento básico para reducir los tiempos de carga de los juegos.
- Periféricos especializados para gaming: teclados mecánicos, monitores con alta tasa de refresco (superior a 120 Hz), ratones para gaming, etc.
- Sistemas de enfriamiento avanzados, como ventiladores de alto rendimiento o circuitos de refrigeración líquida.
Considerando la utilización de hardware de alta gama, es lógico deducir que los ordenadores gaming consumen más energía que los equipos convencionales.
Consumo energético de un ordenador gaming
Para medir el gasto o consumo de energía que genera un ordenador gaming hay que valorar una serie de factores: sus componentes, el tiempo de uso y el tipo de juego que se esté utilizando en cada momento, ya que su nivel de exigencia puede variar considerablemente de un título a otro.
A continuación, encontrarás una breve lista de los componentes junto a su consumo medio. No son cifras exactas, ya que cada equipo es distinto, pero pueden tomarse como una referencia válida:
- Tarjeta gráfica (GPU): Este es uno de los componentes de los ordenadores gaming que más energía consumen. Por poner un ejemplo, basta con indicar que una tarjeta NVIDIA GeForce RTX 3080 tiene un consumo promedio de 320 W.
- Procesador (CPU): el consumo de los modelos más modernos se sitúa en una horquilla aproximada que oscila entre los 70 W y los 120 W.
- Memoria RAM: Su consumo es bajo, nunca superior a los 5 W por módulo.
- Almacenamiento: Hay que distinguir entre el consumo energético de un SSD (2-5 W) y un HDD tradicional (8-10 W).
- Sistemas de refrigeración: los ventiladores tradicionales consumen relativamente poco, alrededor de 2 W por unidad; en cambio, los sistemas de refrigeración líquida pueden alcanzar los 15 W.
- Monitores: los modelos de alta gama, con resoluciones 4K o tasas de refresco elevadas, superan fácilmente los 40 W.
Entonces, ¿cuál es el consumo de energía aproximado de un ordenador de estas características? La cifra de consumo final viene determinada por el uso que se le dé. Por ejemplo, un ordenador gaming en reposo difícilmente consumirá más de 100 W, aunque si le damos un uso intensivo, esta cifra se puede llegar a multiplicar hasta por seis.
En general, un ordenador gaming con componentes de gama media que sea utilizado alrededor de 4 horas al día para juegos puede consumir unos 2 KWh al día (dependiendo del sistema), es decir, unos 400-450 W de media. Siempre hablando de cifras estimadas.
Consejos para optimizar el consumo de un ordenador gaming
Un ordenador de estas características siempre va a consumir más energía que uno normal. Esto es inevitable. Sin embargo, hay algunas cosas que el usuario puede hacer para controlar el consumo (y, por tanto, reducir un poco el gasto de la factura de electricidad) y seguir disfrutando de sus ventajas:
- Actualizar los controladores. Una medida básica. Cuando los drivers están actualizados, el rendimiento de la GPU y la CPU se optimizan, es decir, funcionan mejor consumiendo la misma cantidad de energía.
- Desactivar los periféricos que no utilizamos, para ahorrar energía.
- Reducir las configuraciones gráficas para disminuir la carga en la GPU y reducir el consumo, aun a costa de perder algo de calidad de imagen.
- Habilitar la sincronización vertical (V-Sync). Eso significa limitar la tasa de fotogramas al máximo que admite nuestro monitor, lo cual es un alivio para la GPU.
- Seleccionar el modo de energía correcto. Si nuestro ordenador gaming es un PC Windows, vale la pena configurarlo con el modo de energía «Equilibrado» cuando no estemos jugando. Eso reducirá la cifra de consumo en reposo.
- Utilizar una fuente de alimentación eficiente, para aprovechar mejor la potencia utilizable.
La clave para optimizar el rendimiento de un ordenador gaming (y, de paso, reducir o controlar su consumo de energía) es fundamental conocer cómo se distribuye este consumo y dónde podemos actuar para gestionarlo de forma más inteligente. Los recursos para conseguirlo son relativamente sencillos y están al alcance de cualquier usuario. Y sin tener que renunciar a una experiencia de juego de alto nivel.
Redactor especializado en temas de tecnología e internet con más de diez años de experiencia en diferentes medios digitales. He trabajado como editor y creador de contenidos para empresas de comercio electrónico, comunicación, marketing online y publicidad. También he escrito en webs de economía, finanzas y otros sectores. Mi trabajo es también mi pasión. Ahora, a través de mis artículos en Tecnobits, intento explorar todas las novedades y nuevas oportunidades que el mundo de la tecnología nos ofrece día a día para mejorar nuestras vidas.