Thermal Throttling en tu PC: causas y soluciones definitivas

El rendimiento de un ordenador puede verse afectado por múltiples factores, pero uno de los más comunes es el exceso de calor, una seria amenaza para los componentes. Afortunadamente, existe un mecanismo de protección térmica se activa cuando los componentes alcanzan temperaturas críticas: el thermal throttling.

Lo que hace este mecanismo es reducir el rendimiento del equipo a fin de evitar daños permanentes. Aunque esta función protege la integridad del hardware, también implica una pérdida significativa de potencia y fluidez, especialmente en tareas exigentes como videojuegos, edición de vídeo o virtualización.

¿Qué es el thermal throttling y por qué ocurre?

El thermal throttling o limitación térmica es un proceso automático que se activa en los componentes electrónicos cuando exceden cierto umbral de temperatura. Su finalidad es proteger el hardware, reduciendo la velocidad de funcionamiento para bajar la generación de calor e impedir daños físicos.

Este comportamiento se da principalmente en CPU, GPU, SSD NVMe y las VRM de la placa base, aunque también puede ocurrir en portátiles, tablets o smartphones. El componente afectado disminuye sus frecuencias, provocando caídas de rendimiento perceptibles: imágenes congeladas, bajones de FPS, errores o directamente bloqueos.

En muchos casos, este fenómeno no da señales claras. De hecho, la mayoría de las veces el usuario no recibe ningún tipo de alerta. Lo que experimenta es un descenso de rendimiento sin explicación aparente. Lo importante es entender que el thermal throttling no es un problema en sí mismo, sino la señal de que el equipo está tratando de defenderse de un exceso de temperatura.

Algunas de las causas más habituales de que la función thermal throttling se active son estas:

• Sistemas de refrigeración insuficientes o defectuosos en CPU o GPU.
• Pasta térmica en mal estado o mal aplicada. Para ello, puedes ver las mejores opciones de pasta térmica.
• Acumulación de polvo en disipadores o filtros, que impide la ventilación adecuada.
• VRM sobrecalentados en placas base de gama baja o no preparadas para procesadores exigentes.
• Curvatura de la placa base o anclajes mal ajustados del disipador.
• Temperatura ambiente elevada, especialmente en verano.
• Procesos en segundo plano que consumen recursos constantemente.

Señales de thermal throttling

Detectar si tu equipo tiene activado el mecanismo de thermal throttling no siempre es fácil, pero hay varios síntomas que puedes observar. Algunos son sutiles y otros bastante evidentes. Estos son los más comunes:

• Bajadas de rendimiento repentinas, sobre todo durante juegos o tareas pesadas.
• Microcortes o congelamientos de pantalla durante la ejecución de programas.
• El PC se comporta lento sin justificación aparente.
• Activación brusca de los ventiladores, incluso en reposo.
• Errores sin causa aparente o bloqueos del sistema.

Para salir de dudas, lo más recomendable es monitorizar las temperaturas y frecuencias de tus componentes. Herramientas gratuitas como HWMonitor pueden resultar muy útiles en este aspecto. Estas apps te permiten revisar en tiempo real si, por ejemplo, tu CPU baja de forma repentina su frecuencia cuando alcanza los 85-90°C.

Valores orientativos que podrían señalar thermal throttling:

• CPU en reposo: menos de 42°C. En carga: 60-70°C.
• GPU en reposo: 35-45°C. En carga: hasta 70°C aceptable.
• VRM de la placa: no deberían superar los 47°C.

Componentes más propensos al throttling

No todos los elementos del ordenador son igual de vulnerables al sobrecalentamiento. Estos son los principales candidatos a sufrir limitaciones térmicas:

Procesador (CPU)

Es uno de los más afectados. Cuando una CPU alcanza temperaturas superiores a los 90°C, entra en modo safe y baja su frecuencia para protegerse. Modelos con alto TDP y configuraciones con overclock son más propensos.

Tarjeta gráfica (GPU)

Las GPUs tienen mecanismos similares. Si alcanzan los 85-90°C, comienzan a reducir su velocidad. En juegos, esto se traduce en bajones de FPS. Es vital controlar el sistema de refrigeración o disipador de calor si lleva mucho tiempo sin cambiarse.

SSD NVMe

Los SSD de alto rendimiento generan calor significativo. Si no están bien refrigerados o carecen de disipadores térmicos, pueden activarse protecciones que limitan su velocidad de lectura y escritura, reduciendo el rendimiento del sistema.

Placa base (VRM)

Muchas veces el problema no está en el procesador, sino en las fases de alimentación (VRM) de la placa. Si estos elementos alcanzan los 90-100°C, provocan que el procesador reduzca su frecuencia aunque este no esté especialmente caliente. Es un caso difícil de detectar, pero muy frecuente, sobre todo en placas de gama baja no preparadas para CPUs potentes.

Cómo evitar el thermal throttling: soluciones efectivas

Prevenir el sobrecalentamiento y, por tanto, el thermal throttling es esencial para mantener el rendimiento óptimo del equipo. Aquí tienes una lista de acciones que puedes aplicar en función del componente afectado:

Mejorar la ventilación del equipo

• Mantén la caja del PC limpia y con buena circulación de aire. Añade ventiladores si es necesario y considera los mejores ventiladores disponibles.
• Cambia la dirección del flujo de aire para que expulse el calor de forma eficiente.
• Utiliza bases refrigeradoras en portátiles sin ventiladores suficientes.

Ajustar el sistema de refrigeración

• Revisa la pasta térmica. Cámbiala si han pasado más de 12 meses desde su última aplicación.
• Cambia el disipador de calor.
• Comprueba que el disipador esté correctamente instalado, sin obstrucciones ni mal contacto.
• Si usas refrigeración líquida, asegúrate de que la bomba funciona con normalidad.

Mejorar la refrigeración de la placa base (VRM)

• Instala disipadores o thermal pads sobre los VRM.
• Coloca un ventilador apuntando a las fases de alimentación para disipar el calor.
• Crea curvas personalizadas de ventilación en la BIOS o mediante software.
• En casos críticos, cambia la placa base por una con mejor refrigeración y soporte para altas cargas.

Configuraciones del sistema operativo

• Activa el plan de energía “Alto rendimiento” en Windows.
• Desactiva el estado mínimo del procesador al 100% para evitar bajadas inoportunas.
• Revisa opciones avanzadas en la BIOS, como Intel Speed Step o AMD Cool’n’Quiet.

Mantenimiento general

• Elimina el polvo con aire comprimido.
• Verifica el estado de los anclajes del disipador.
• No obstruyas las rejillas de ventilación con muebles ni otros objetos.
• Evita zonas calurosas para usar el PC, especialmente si es portátil.

Overclock y thermal throttling: ¿son compatibles?

El overclock permite subir el rendimiento de la CPU o GPU, pero también aumenta el calor generado. Por tanto, si no tienes un sistema de refrigeración adecuado, estás condenándote al throttling automático. Paradójicamente, puedes terminar con menos rendimiento que manteniéndolo a frecuencias de serie.

Si haces overclocking, invierte en ventilación acorde y revisa temperaturas de forma regular. Una buena gestión térmica es tan importante como los propios MHz extra que ganas. También puedes optar por aplicar undervolting, bajando el voltaje para mantener frecuencias aceptables sin tanto calor.

El thermal throttling puede parecer alarmante, pero con las herramientas adecuadas y un poco de mantenimiento, es relativamente sencillo controlarlo. El calor es el enemigo silencioso de cualquier PC: mantenerlo a raya es la prioridad si quieres exprimir al 100% tu hardware.