- Elon Musk proyecta que Optimus concentrará hasta el 80% del valor de Tesla a medio plazo.
- Tesla cambia la estrategia de entrenamiento: prioridad a un enfoque basado en visión y vídeos.
- Piloto de producción en Fremont en 2025 y posible inicio de entregas a terceros en la segunda mitad de 2026.
- Objetivo ambicioso: escalar Optimus hacia el millón de unidades anuales en cinco años y presentar prototipos Optimus 3 antes de fin de año.
Mientras el negocio del automóvil acusa el desgaste, Tesla ha movido ficha colocando a su robot humanoide Optimus en el centro de su estrategia. Elon Musk sostiene que, en un horizonte de pocos años, hasta el 80% del valor de la compañía podría venir de esta línea, una apuesta que llega acompañada del plan maestro más reciente, donde los robots aparecen por primera vez como pieza clave.
La hoja de ruta incluye metas ambiciosas —como alcanzar una producción del orden del millón de unidades anuales en unos cinco años y enseñar nuevos prototipos, llamados Optimus 3, antes de que termine el año—, aunque con pocos detalles finos por ahora. El discurso es claro: trasladar la IA al mundo físico para tareas industriales y domésticas, con un producto que Tesla describe como potencialmente transformador.
Optimus como palanca de valor para Tesla
En el trimestre más reciente, los vehículos aún aportaron buena parte de los ingresos, pero las entregas cayeron en torno al 13% en la primera mitad del año, un contexto que explica por qué Musk pide a los inversores fijarse en los robots y la autonomía como próximos motores de crecimiento.
El último plan maestro de Tesla, más breve que el anterior, refuerza esa narrativa: la compañía quiere poner la IA a trabajar en entornos reales y no solo en software de asistencia a la conducción. Aunque Musk ya publicó otros planes en el pasado con resultados desiguales, su mensaje actual sitúa a Optimus como la gran palanca de valor.
Musk ha repetido que Optimus podría concentrar hasta el 80% del valor corporativo en unos años. Aun así, reconoce que la ejecución será compleja y que los plazos son aspiracionales. Hay precedentes: algunos objetivos de planes anteriores no se materializaron en tiempo y forma.
En producción, Tesla habla de una línea piloto en Fremont durante 2025 para empezar a desplegar robots en funciones útiles dentro de sus propias fábricas. Sobre ventas a terceros, el propio Musk acotó que su “estimación muy aproximada” apunta a la segunda mitad de 2026, siempre sujeta a avances técnicos.
Cómo se entrena Optimus: del vídeo a la práctica
Tesla ha reorientado el programa hacia un enfoque basado en visión y datos de vídeo. Tras emplear teleoperación y trajes de captura de movimiento, ahora prioriza grabaciones de personas realizando tareas reales para que el robot aprenda a imitar acciones como recoger objetos o doblar ropa.
Para escalar la recogida de datos, el equipo graba con un conjunto de cinco cámaras desarrollado por Tesla que se monta en un casco y una mochila. La captura multivista facilita que los modelos de IA comprendan la escena y el posicionamiento de manos y articulaciones con mayor detalle.
El relevo de liderazgo también ha marcado la transición: Ashok Elluswamy, responsable de IA, asumió el programa Optimus tras la salida de Milan Kovac. Durante el cambio se pausó brevemente la contratación y después se reactivó con decenas de vacantes enfocadas en el robot.
Expertos consultados advierten que entrenar solo desde vídeo tiene límites: sin interacción física, el robot pierde señales que se obtienen al tocar y manipular el entorno. La teleoperación, usada por empresas como Boston Dynamics, sigue siendo una referencia útil para generar datos de contacto y fuerza.
Otros investigadores señalan ventajas claras de la multivista: ayuda a inferir posturas de manos y dedos y puede complementar datos previos de teleoperación. Tesla ya mostró clips de Optimus ejecutando tareas aprendidas de grabaciones, y Musk llegó a afirmar que el robot podrá aprender observando vídeos en plataformas públicas, como YouTube.
Calendario, producción y despliegue previstos
En el plano técnico, Tesla prevé presentar prototipos Optimus 3 antes de final de año, continuando con iteraciones enfocadas en destreza, movilidad y fiabilidad. El objetivo de medio plazo es escalar a un volumen de gran serie, con la vista puesta en el millón anual en unos cinco años.
En cuanto a usos, las primeras aplicaciones pasan por tareas de fábrica y labores domésticas sencillas, donde la repetición y la precisión aportan valor. Tesla ya ha divulgado vídeos del robot plegando prendas u ordenando objetos, ejemplos de “aprendizaje por demostración” a partir de vídeo.
Sobre plazos comerciales, Musk apuntó que —si todo avanza según lo previsto— podrían iniciarse entregas a terceros en la segunda mitad de 2026. Antes, el plan pasa por ampliar despliegues internos y pulir el producto en escenarios controlados.
El giro hacia la robótica se produce en un contexto competitivo exigente y con presión en mercados clave del automóvil. Para Tesla, Optimus es tanto una vía de diversificación como un relato de futuro que deberá refrendarse con hitos técnicos y productivos sólidos.
Retos técnicos, viabilidad y dudas abiertas
El propio Musk ha reconocido que las necesidades de entrenamiento de Optimus son enormes, probablemente “al menos 10 veces mayores” que las del coche autónomo. Esto exige infraestructuras de datos, simulación y validación a una escala poco frecuente en robótica humanoide.
Otra cuestión es la generalización: pasar de ver un vídeo a ejecutar una tarea en el mundo real implica comprender, planificar y controlar con precisión. Investigadores en IA y robótica recuerdan que, además de observar, el robot necesita practicar —en simuladores y en entornos físicos— para afinar su comportamiento.
Frente al estándar de la industria —teleoperación y captura de movimiento—, Tesla está intentando una “vía muy Tesla” basada en enormes conjuntos de datos de visión. La gran incógnita es si esa apuesta, combinada con datos de contacto cuando haga falta, será suficiente para tareas más complejas y cambiantes.
Queda por ver si la empresa volverá a priorizar los trajes de captura o consolidará un enfoque híbrido. Por ahora, la firma no ha detallado públicamente todos los pormenores del pipeline de datos y entrenamiento, y no respondió a solicitudes de comentario sobre ciertos aspectos.
Los objetivos —desde los prototipos de nueva generación hasta el salto a gran escala— son ambiciosos. Si Tesla logra encadenar avances consistentes, la apuesta por Optimus podría cambiar el perfil de la compañía; si no, el programa se enfrentará a los límites prácticos que han frenado a otros humanoides.
Con un foco renovado en Optimus, un entrenamiento que prioriza la visión con cámaras y plazos aún tentativos —piloto en 2025 y posibles entregas a terceros en 2026—, Tesla pone a prueba su capacidad para llevar la IA al mundo físico a ritmo industrial sin perder el equilibrio entre promesa y realidad.
Soy un apasionado de la tecnología que ha convertido sus intereses «frikis» en profesión. Llevo más de 10 años de mi vida utilizando tecnología de vanguardia y trasteando todo tipo de programas por pura curiosidad. Ahora me he especializado en tecnología de ordenador y videojuegos. Esto es por que desde hace más de 5 años que trabajo redactando para varias webs en materia de tecnología y videojuegos, creando artículos que buscan darte la información que necesitas con un lenguaje entendible por todos.
Si tienes cualquier pregunta, mis conocimientos van desde todo lo relacionado con el sistema operativo Windows así como Android para móviles. Y es que mi compromiso es contigo, siempre estoy dispuesto a dedicarte unos minutos y ayudarte a resolver cualquier duda que tengas en este mundo de internet.